viernes, 25 de febrero de 2011

Kraftwerk And The Electronic Revolution

El cuarteto de Düsseldorf retratado en el documental Kraftwerk And The Electronic Revolution
Kraftwerk And The Electronic Revolution.
Con casi toda seguridad, el documental en DVD que hoy nos ocupa, Kraftwerk And The Electronic Revolution (Chrome Dreams, 2008), es uno de los productos más extraños que han aparecido en el mercado en los últimos años. Utilizando la iconografía, el estilo y el nombre del cuarteto de Düsseldorf, aunque especificando textualmente que "esta película no está autorizada por Kraftwerk", tenemos ante nosotros una obra de autoría "anónima", en la que no figura ningún director acreditado, que trata la trayectoria del grupo de un modo muy particular.

Comprobando el listado de documentales producidos por Chrome Dreams, entre los que se incluyen los de músicos tan dispares como Leonard Cohen, Led Zeppelin, Depeche Mode o Lady Gaga entre muchos otros, llegamos a la conclusión de que aquellos que no están autorizados por los músicos en cuestión, que son la mayoría, tampoco cuentan con un director y están compuestos en base a una recopilación de imágenes de archivo, de entrevistas a periodistas y a músicos o personas cercanas a los artistas en cuestión.

Exactamente lo mismo sucede con Kraftwerk And The Electronic Revolution, una obra en la que varios periodistas, expertos y músicos realizan por medio de sus opiniones un repaso de la escena 'krautrock' y la evolución musical de Kraftwerk, al tiempo que la parte visual se complementa con fotos de archivo, vídeos de conciertos, actuaciones de televisión, y en los casos en los que no se cuenta con apoyo audiovisual en forma de videoclip para ilustrar algunas piezas musicales, se suple esta carencia con imágenes de largometrajes como Metropolis (Fritz Lang, 1927), de películas documentales sobre el espacio o el mundo natural o con cortos de animación experimental de ciencia ficción.

Kraftwerk And The Electronic Revolution presenta un desarrollo sumamente cuidado en el que se pone especial atención a perfilar el escenario social y económico alemán después de la Segunda Guerra Mundial, que se vincula directamente a la aparición de una generación de jóvenes inconformistas que no conocieron el nazismo y que al mismo tiempo se rebelaban contra la generación de sus padres y el colonialismo cultural estadounidense, originando un movimiento contracultural a finales de los años 60.

El músico Conrad Schnitzler, fundador junto a Hans-Joachim Roedelius del Zodiak Free Arts Lab de Berlín
Conrad Schnitzler, fundador del Zodiak Free Arts Club.
La existencia desde 1967 en Berlín del Zodiak Free Arts Lab, también conocido como Zodiak Club, impulsado por Conrad Schnitzler y Hans-Joachim Roedelius, fue el punto de encuentro sobre el que gravitó la escena de vanguardia berlinesa. Por allí pasaron Klaus Schulze, Edgar Froese, Manuel Göttsching, Christoph Franke, Lutz Ulbrich, Dieter Moebius, y varios jóvenes más que tendrían mucho que decir musicalmente en los años venideros. El club promovía las formas musicales heterodoxas como el free-jazz, el rock psicodélico o la experimentación electroacústica. Hay que tener en cuenta que Schnitzler fue el catalizador a través del cual se engendró el álbum Electronic Meditation (1970), de Tangerine Dream (junto a Froese y Schulze), y los primeros trabajos de Kluster, al lado de Roedelius y Moebius.

Este fenómeno, en el que comenzaba a tomar forma una nueva identidad musical originariamente alemana alejada del rock estadounidense y del pop británico, tuvo otros focos importantes en ciudades como Múnich, Colonia y sobre todo Düsseldorf. En esta última urbe industrial del Este de Alemania es donde surgió Organisation, el proyecto de Ralf Hütter y Florian Schneider previo a la formación de Kraftwerk, cuyo álbum Tone Float (1970), todavía estaba muy alejado del futuro 'sonido Kraftwerk', pero que no obstante, contaba con la producción de una de las figuras claves de la escena, como fue el músico e ingeniero de sonido Conny Plank.

El documental avanza con el comentario de los primeros álbumes de Kraftwerk producidos por Plank; Kraftwerk (1970), Kraftwerk 2 (1972), y sobre todo Ralf und Florian (1973), en el que ya se encuentra presente la semilla del sonido que caracterizaría al grupo alemán durante los siguientes años y en el que destaca la reveladora composición "Ananas Symphonie". Ese mismo año 1973 comienza a colaborar con Hütter y Schneider el autor de portadas, músico y compositor ocasional, amén de ideólogo en la sombra, Emil Schult, que tendría un papel destacado en los siguientes proyectos del grupo.

Desde 1973 el rock alemán comienza a tener éxito en el Reino Unido gracias al papel del presentador de radio John Peel y al sello de Richard Branson, Virgin Records, que fichó a artistas como Faust, Can, Ash Ra Tempel, Klaus Schulze y en especial a Tangerine Dream, cuyo álbum Phaedra (Virgin, 1974), es considerado por varios de los periodistas que participan en el documental como el último gran álbum del trío berlinés, tras el que seguirán senderos musicales menos experimentales.

Los robots de Kraftwerk posando en el estudio Kling Klang de Düsseldorf
Los robots de Kraftwerk trabajando en los estudios Kling Klang.
A partir de ese momento, el documental se centra en trazar la trayectoria de Kraftwerk a través de sus álbumes más influyentes: Autobahn (1974), Radio-Aktivität (1975), Trans Europa Express (1977), y Die Mensch-Maschine (1978). Mientras "Autobahn" catapultó al cuarteto de Düsseldorf al estrellato internacional a ambos lados del Atlántico, Radio-Aktivität supuso un trabajo más poético, como lo define el propio Karl Bartos, al tiempo que el inicio del sonido robótico o mecanizado más propiamente relacionado con Kraftwerk. En cierta manera, el grupo había iniciado una serie de álbumes conceptuales sobre distintos iconos de la sociedad moderna como las autopistas, la radiofonía/radioactividad, que continuaría con los ferrocarriles precursores de los trenes de alta velocidad que atraviesan toda Europa, los robots y los ordenadores, que pronosticaban que iban a convertirse en símbolos imprescindibles de un mundo tecnológico, todo ello dentro de una estética abiertamente retrofuturista.

En este punto del documental se destaca el papel de Brian Eno y de David Bowie que grabaron en  los estudios Hansa de Berlín Occidental el álbum "Heroes" (RCA, 1977), parte de la famosa "trilogía berlinesa", y también se menciona la colaboración de Eno con Cluster (Roedelius y Moebius), y la formación de Harmonia (Roedelius, Moebius y Michael Rother de Neu!).

A medida que avanza el documental y Kraftwerk se va alejando de su herencia 'krautrock', el papel en el mismo de otros grupos o artistas como Tangerine Dream, Popol Vuh, Ash Ra Tempel o Klaus Schulze, así como las opiniones de algunos de sus protagonistas va dejando paso a las vicisitudes del grupo de Düsseldorf. 

La publicación de Trans Europa Express (EMI Electrola, 1977), uno de los álbumes más influyentes del cuarteto, que no fue sin embargo un gran éxito de ventas, coincidió en un momento en el que la música electrónica de artistas como Jean Michel Jarre, Vangelis o Giorgio Moroder asaltaba las ondas de radio. Este último trasladó hasta cierto punto, parte de la rítmica 'kraftwerkiana' y la electrónica secuencial a la pista de baile con los éxitos compuestos para Donna Summer. Unos años más tarde, en 1982, el tema "Trans Europe Express" formaría parte del éxito "Planet Rock" de Afrika Bambaataa.

Con la absurda polémica suscitada en la prensa británica por la imagen del grupo en la portada de Die Mensch-Maschine (EMI Electrola, 1978), Kraftwerk compone un álbum de pop electrónico con un predominio del formato canción, creando una música más accesible para el gran público aunque con un carácter menos compacto desde el punto de vista conceptual. En 1978 el techno-pop ya es un fenómeno internacional con especial repercusión en el Reino Unido en artistas como Gary Numan, Depeche Mode, Soft Cell, OMD, y una clara influencia en la New Wave. En Japón está la Yellow Magic Orchestra de Sakamoto, Hosono y Takahashi y en Estados Unidos Suicide o los Devo de Mark Mothersbaugh.

Los maniquíes de Krafwerk en la contraportada de Computerwelt con las pocket calculators
Los maniquíes de Kraftwerk con sus 'pocket calculators'.
En el momento de la publicación de Computerwelt (EMI Electrola, 1981), Kraftwerk son ya los padres del techno-pop. El cuarteto de Düsseldorf nuevamente iba un paso por delante de sus contemporáneos avanzando el futuro de la música hecha con pequeños dispositivos, (¿una "pocket calculator" no sería el antepasado de un iPad?), al tiempo que vaticinaban que los ordenadores se adueñarían del planeta y de nuestras vidas.

En la recta final de Kraftwerk And The Electronic Revolution se realiza un repaso, apenas esbozado, del single Tour de France (1983), se mencionan muy superficialmente los álbumes Electric Café (EMI, 1986), y Tour de France Soundtracks (EMI, 2003), y se afirma que con el LP de 1986 Kraftwerk desapareció de la primera línea de la escena musical. 

Con este fugaz repaso a los últimos 30 años en la carrera de Kraftwerk concluye el documental. Entre los extras de Kraftwerk And The Electronic Revolution se incluye un pequeño suplemento de cinco minutos en el que los músicos y periodistas contraponen las consabidas características diferenciales de la escena musical berlinesa frente a la de Düsseldorf. Interesante tema que podría ser motivo de un documental en sí mismo. El DVD se complementa también con una ampliación de la entrevista realizada a Karl Bartos en la que se le plantean cuestiones que quedaron fuera del metraje original, como son el rechazo de Kraftwerk a ser etiquetados como parte de la escena 'krautrock', y sobre todo, la más que reveladora respuesta de Bartos al porqué de la dilatación entre proyectos discográficos tras Computerwelt y Electric Café.

Los 180 minutos de Kraftwerk And The Electronic Revolution son toda una experiencia, no sólo por su inmisericorde duración para con el espectador, cercana a los 200 minutos incluyendo los extras, sino también por realizar un interesante retrato de los padres del techno-pop. Quizá lo mejor que tiene este documental es que enmarca a Kraftwerk en una época y como fruto de un momento histórico-musical determinado, y más cuando el propio Ralf Hütter ha negado en reiteradas ocasiones formar parte del 'krautrock'. De hecho es muy de agradecer que destaquen a Kraftwerk como fruto de esa escena, creando un lenguaje musical propio, eso sí, pero no como una luminaria que apareció por generación espontánea, como en ocasiones algunos periodistas han querido ver, al mismo tiempo que rebajaban el valor y la influencia de artistas de la vertiente cósmica alemana.

Aunque quizá algunos puedan criticar que no se hable con precisión matemática de los diferentes álbumes, la intención que subyace detrás de Kraftwerk And The Electronic Revolution es la de centrarse más en el análisis que en los hechos objetivos. Por otro lado, el retrato de la escena 'krautrock' es premeditadamente sesgado y centrado casi exclusivamente en aquellos grupos y/o artistas que tomaron el camino de la electrónica como Tangerine Dream, Kluster/Cluster, Ash Ra Tempel o los primeros Popol Vuh, y apenas se menciona a otras bandas más electroacústicas como Can, Amon Düül II o Faust. Este hecho pone de manifiesto que es necesario el visionado complementario de Krautrock: The Rebirth Of Germany (BBC, 2009), para tener una mejor imagen de conjunto. 

El hecho de que obviamente no se haya contado con las manifestaciones de ningún miembro actual del cuarteto de Düsseldorf, ha provocado que buena parte de la obra se sustente en la persona de Karl Bartos, miembro del grupo entre 1975 y 1990, y en mucha menor medida en Klaus Röder, músico que tomó parte en la grabación de Autobahn, aunque son también interesantes las aportaciones de otros 'popes' de la música electrónica alemana como Conrad Schnitzler, Hans-Joachim Roedelius, Dieter Moebius y Klaus Schulze, entre otros. Quizá la ausencia más notable sea la de Edgar Froese.

Uno de los grandes aciertos de esta obra y de ahí también la gran duración de la misma está en que también dedica parte de su metraje a rastrear el legado y las influencias que dejó Kraftwerk, especialmente en el techno pop británico de finales de los 70 y principio de los 80. No obstante, esas influencias se quedan en un primer nivel y no se menciona la enorme trascendencia que significó la música de los de Düsseldorf para la escena techno de Detroit.

La adquisición del DVD de Kraftwerk And The Electronic Revolution dependerá del interés de cada uno por la escena musical de vanguardia alemana de los años 70. Su económico precio puede ayudar a despertar el interés por este producto, aunque el hecho de no contar con subtítulos en español (ni en ningún otro idioma), es previsible que lo haga, a priori, menos interesante para algunos.

Así y todo, considero que se trata de un más que notable trabajo, que nos da una visión razonable de una de las escenas musicales más innovadoras de finales del siglo XX, como marco que dio lugar a uno de los grupos más influyentes en la historia de la música electrónica.

2 comentarios:

  1. Bien, muy buen post con mucha información. Lo de los subtitulos es un atraso, la verdad.
    Gracias

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  2. Hola Vita

    Bueno, no creo que este DVD se haya editado oficialmente en España (yo al menos lo compré online), por tanto es hasta comprensible que no incluya subtítulos, que es algo que siempre encarece el producto. En cualquier caso su precio muy económico es un gran punto a su favor.

    Un saludo

    Pablo/Audionaut

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