lunes, 14 de febrero de 2011

Hugh Le Caine. El visionario sonoro (I).

El inventor canadiense Hugh Le Caine tocando el Electronic Sackbut
Hugh Le Caine con el primer prototipo de Electronic Sackbut en 1954.
Con esta entrada da comienzo una serie de cinco entregas, dedicada a glosar la trayectoria del inventor canadiense Hugh Le Caine. El texto, corregido y aumentado, está basado en el que apareció en el número 25 de la revista Margen en 2002. 

 ____________________


Hugh Le Caine fue uno de esos visionarios adelantados a su tiempo que contribuyó de manera significativa al progreso de la música electrónica. A lo largo de su vida creó una veintena de nuevos instrumentos y equipos electrónicos, entre ellos el primer sintetizador controlado por tensión, el Electronic Sackbut, casi veinte años antes de que Robert Moog popularizara el sistema modular que lleva su nombre y que utiliza la misma técnica de generación sonora. 

Le Caine colaboró en la creación de dos de los estudios de música electrónica más avanzados de su época; el de la University Of Toronto (UTEMS), y el de la McGill University en Montreal. En 1953 creó un teclado sensible a la presión, adelantándose treinta años con esta técnica a su popularización en los sintetizadores comerciales. Dos años después inventó una de las primeras grabadoras multipistas, y en 1970 el Polyphone, uno de los primeros sintetizadores polifónicos modernos. Entre 1972 y 1974 construyó el Paramus, un sintetizador híbrido analógico-digital, anticipándose con todos ellos varios años, incluso décadas, hasta que sus hallazgos se convirtieran en estándares de la industria musical.

Hugh Le Caine siempre intentó dotar a sus instrumentos electrónicos de expresividad sin comprometer la integridad musical. Es por ello que la gran imaginación y perspicacia de las ideas de Le Caine continúan, todavía hoy, mereciendo un lugar en la historia.


Imaginando sonidos maravillosos


Hugh Norman Le Caine nació el 27 de mayo de 1914 en la ciudad de Port Arthur, actualmente Thunder Bay, en el noroeste del estado de Ontario (Canadá), a orillas del lago del mismo nombre, siendo el primer hijo del matrimonio formado por Hubert y Susan Le Caine. Su padre, Hubert  Le Caine (1877-1961), era ingeniero de la central eléctrica de Port Arthur, trabajo que dejó en 1917 por el de electricista jefe en uno de los elevadores de grano del cercano complejo de silos de Saskatchewan. Por su parte Susan Le Caine (1877-1965), era maestra de primaria, trabajo que abandonó cuando quedó embarazada de Hugh. En 1917 nacería su hermana Jeanne y en 1925 el matrimonio adoptaría a la pequeña Allison.

Hugh Le Caine se crió en un ambiente familiar en el que la música jugaba un importante papel como entretenimiento en las veladas hogareñas. Desde niño, Hugh comenzó a demostrar un talento inusual para la música, por lo que su madre decidió enseñarle a tocar el piano. Con su padre, por el contrario compartía una afinidad por la mecánica, la electricidad y los inventos, y le gustaba realizar toda clase de experimentos con los más diversos materiales. Con tan solo seis años de edad ya soñaba con construir instrumentos musicales que emitieran sonidos maravillosos, inexistentes en el mundo real e incluso ya había tomado la determinación de estudiar física en el futuro. En 1921 su padre adquirió la primera radio del hogar, una Baldwin, que fue objeto de la precoz experimentación del pequeño Hugh en la búsqueda de nuevos y extraños sonidos con el auxilio de un micrófono, un transformador y un altavoz.   

Su interés por la electrónica continuó durante su etapa en el instituto de Port Arthur. En 1928 construyó un ukelele eléctrico, con esperanzadores resultados, teniendo en cuenta que era un experimento amateur de un adolescente de catorce años. En este sentido, cabe tener en cuenta que la guitarra hawaiana y la lap steel guitar se electrificaron en los años 30, con lo que no cabe duda de que los sueños sonoros del joven Le Caine iban encaminados en la buena dirección.

A diferencia de otros chicos de su ciudad, Hugh Le Caine era un joven brillante que sin embargo no demostraba apenas interés por los deportes u otras actividades propias de su edad, sino que sus dos principales pasatiempos eran la música y la electrónica. Mientras ésta última la desarrollaba de un modo totalmente autodidacta, su interés musical se concretó con estudios de piano en el Conservatorio de Toronto, así como lecciones de violín, canto, órgano e incluso de guitarra española.

No obstante, su talento como pianista, ayudado por una memoria prodigiosa y un gran oído, se diluyó por su incapacidad para aportar la sutileza y expresividad necesarias a su forma de interpretar el instrumento. El tedioso y repetitivo método de aprendizaje pianístico, así como la gran diferencia que había entre ser un buen pianista y un excelente pianista, le desilusionaron hasta tal punto que en 1935 abandonó sus estudios musicales para concentrarse en algo en lo que pudiera destacar.

Un año antes, en 1934, Hugh Le Caine había ingresado en la Queen’s University en Kingston (Ontario), para cumplir el sueño de su infancia: estudiar física. Allí comenzó a destacar especialmente en los campos de la física atómica y en la tecnología de radio y radares. Mientras estudiaba en dicho centro, no obstante, tuvo lugar la aparición de un nuevo foco de atención tanto musical como tecnológico: el órgano Hammond.

El ingeniero Hammond posa al teclado del órgano eléctrico que lleva su nombre
Laurens Hammond sentado frente al modelo de 1935 
del órgano que lleva su nombre.
En 1935, la iglesia Chalmers en Kingston adquirió el primer órgano Hammond de Canadá. Su inventor, el estadounidense Laurens Hammond, originalmente había pretendido que su instrumento fuera un substituto de la orquesta. Aunque el resultado final se alejó del propósito inicial, encontró que podía reemplazar en un formato más compacto al órgano de tubos que hasta entonces se había venido utilizando en las iglesias.

Este primer órgano Hammond le interesaba mucho a Le Caine, que iba con frecuencia a la Iglesia Chalmers a escuchar el instrumento y obtuvo permiso para tocarlo en privado en varias ocasiones. Dos años después su universidad adquirió uno de estos órganos al que Le Caine tuvo un acceso más directo y regular, que le permitieron estudiarlo en profundidad.


Poco después de la llegada del órgano Hammond, Le Caine visitó la fábrica de órganos Robb Electronic en Belleville (Ontario), no muy lejos de Kingston. Frank Morse Robb, era, de hecho, el primer inventor del mundo que había desarrollado con éxito un órgano eléctrico, basado en un sistema de 12 ejes, que representaban las 12 notas de la escala. La calidad sonora venía determinada por discos rotatorios. A diferencia del órgano Hammond con sus timbres construidos a partir de ondas senoidales individuales, el Robb Wave Organ tenía montados sobre los ejes varias series de discos esculpidos a mano que producían timbres variados. A pesar de lo innovador de la iniciativa y de una docena de prototipos construidos, el instrumento jamás se comercializó.

Inspirado por ambos instrumentos, en 1937 Le Caine comenzó a trabajar en su casa en su propio órgano. Denominado Free Reed Organ, se construyó en parte a partir de piezas provenientes de una aspiradora de segunda mano de tres dólares y las lengüetas de un viejo órgano de salón. El objetivo de Le Caine con la construcción de este instrumento consistía en lograr la mayor sutileza posible en el control del volumen, el ataque y el decaimiento del sonido. Como era su costumbre, al menos durante sus primeros años, una vez hubo comprobado las posibilidades del instrumento, desmanteló el aparato, para abordar nuevos proyectos. Durante toda su vida, Le Caine siempre tuvo la sensación de que cuando su instrumento estuviera terminado ya sería obsoleto, y eso le impulsaba a crear nuevos dispositivos o instrumentos completos a costa, en muchas ocasiones, de canibalizar piezas de prototipos previos.

En este sentido, la apariencia poco elegante de los prototipos de Hugh Le Caine fue un sello en su carrera. A finales de los años 50, cuando Le Caine ofrecía demostraciones ante otros investigadores o músicos ingeniosamente cubría sus instrumentos con telas, exponiendo solamente el teclado y los controles básicos. Tras una impresionante demostración de las potencialidades musicales de los mismos, en ocasiones quitaba la cobertura para revelar un desordenado amasijo de cables y maderos reutilizados mal ensamblados que constituían el verdadero instrumento.

En 1939, Le Caine obtuvo su título en ingeniería física con la más alta calificación en la Queen’s University. Tras graduarse obtuvo una beca concedida por el
National Research Council Of Canada (NRC, actualmente NRC-CNRC), para trabajar en el laboratorio de física de la propia universidad. Tras finalizar en 1940 su trabajo becado, solicitó un puesto en la sede del NRC en Ottawa, para el que fue aceptado.

El advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, no obstante, impidió que Le Caine trabajara en proyectos musicales durante sus primeros años en el NRC, centrándose en el desarrollo de investigaciones vinculadas a intereses militares, como los primeros sistemas de radar y llevando a cabo descubrimientos en el campo de la física atómica, que lo distinguieron como insigne científico, publicando significativos estudios en ambos campos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario