lunes, 31 de octubre de 2011

Oskar Sala. El último artesano (I).

Oskar Sala ante una fotografía del Mixturtrautonium, un instrumento electrónico único originalmente desarrollado por Friedrich Trautwein
Oskar Sala en 1995 sentado ante una fotografía del
instrumento que significó el trabajo de toda una vida; el
Mixturtrautonium de 1952. Foto: Deutsches Museum.
Con esta entrada da comienzo una serie de cuatro entregas dedicada a trazar la trayectoria musical del irrepetible músico y pionero electrónico alemán Oskar Sala y del instrumento al que dedicó su vida: el Trautonium. El texto presentado aquí es una versión revisada y ampliada de la biografía que apareció publicada en la sección "Audionautas de Ayer" correspondiente al número 24 de la revista Margen del invierno/primavera de 2002.

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L
a vida y obra de Oskar Sala se puede definir con dos palabras: dedicación e independencia. Sala fue un artista que dedicó setenta años de su vida a trabajar con un instrumento, el Trautonium -y el posterior Mixturtrautonium-, desarrollándolo hasta el punto de convertirlo en el más capaz y expresivo instrumento electrónico de su tiempo. También fue un creador que siguió su propio camino guardando celosamente sus conocimientos y su arte, permaneciendo totalmente al margen de las vanguardias "oficiales", y por consiguiente, siendo relegado a un relativo olvido.

Hasta su fallecimiento en 2002, Oskar Sala fue el último vínculo de unión con toda una generación de pioneros anteriores a la Segunda Guerra Mundial; una época en la que la música electrónica no existía como género, y en la que instrumentos como el Ondes Martenot, el Theremin o el propio Trautonium eran vistos por la sociedad de su tiempo como aparatos futuristas sólo al alcance de unos pocos o excentricidades surgidas de la mente de “científicos locos". Pasó un cierto tiempo hasta que esos instrumentos comenzaron a ser asimilados y entraron a formar parte de orquestas, a utilizarse como instrumentos solistas o a llegar al gran público a través de la radio o el cine. Gracias al infatigable trabajo de creadores como Sala hoy podemos conocer cómo era la protohistoria de la música electrónica.

Oskar Sala. De Greiz a Berlín


Oskar Sala nació el 18 de julio de 1910 en la villa de Greiz en Turingia, una próspera región industrial del este de Alemania, en el seno de una familia acomodada amante de las artes. Su padre, Paul Sala (1874-1932), era oftalmólogo, y su madre Annemarie Sala (apellido de soltera Stier, 1887-1959), era ama de casa y tenía experiencia como cantante. En un ambiente familiar muy receptivo hacia todo tipo de manifestaciones artísticas, sus padres estimularon el incipiente talento hacia la música del pequeño Oskar a través de un piano de cola Bechstein que tenían en su hogar y también mediante clases particulares bajo la guía del pianista Lo Bücheler-Gerfin. 

Efectivamente, la vocación musical de Sala floreció a temprana edad. De su etapa de adolescencia se conserva un cuaderno fechado en 1924, cuando el joven músico contaba únicamente con catorce años de edad, en el que se incluyen algunas composiciones propias, entre ellas varias sonatas y variaciones, una Fantasía para Piano, una Sonata para Violín y Piano, así como diversas canciones con acompañamiento de piano.

Los primeros conciertos de Sala como pianista y organista tuvieron lugar en su Greiz natal y en Leipzig interpretando sus propias obras en 1926, si bien al año siguiente el joven músico ya destacaba como solista ejecutando el Concierto Nº 2 para Piano Op. 19 de Ludwig van Beethoven, así como la Fantasía Cromática y Fuga en Re menor de Johann Sebastian Bach en el Teatro Tivoli de su ciudad.  

Durante su último año de bachillerato, Oskar Sala ofreció varios conciertos junto a la orquesta municipal de Greiz, en los que interpretó entre otras obras, el Concierto para Piano Nº 5 en Mi Bemol Mayor, Op. 73 de Ludwig van Beethoven conocido popularmente como Emperador y el Concierto para Piano y Orquesta en La Menor de Robert Schumann, que está considerada una de la más complicadas partituras en lo que se refiere al piano solista. En la ceremonia de graduación del bachillerato, que tuvo lugar el 15 de marzo de 1929 interpretó una composición propia titulada Fantasía Cromática y Fuga.

Desde su adolescencia en Greiz, Sala había sido un ávido lector de revistas musicales, a través de las cuales se mantenía informado de las últimas corrientes de vanguardia. Por medio de éstas, y gracias también al hecho de asistir a la representación de diversas obras que le habían encandilado, tuvo constancia del trabajo del compositor Paul Hindemith, uno de los más prometedores talentos musicales de Alemania, del que se convirtió en ferviente admirador. 

Con 19 años, Sala había progresado musicalmente lo suficiente como para acometer mayores metas. El joven músico sabía que si quería continuar evolucionando musicalmente debía encaminar sus pasos hacia Berlín.

Friedrich Trautwein y el Trautonium


En 1929 -y previo paso de un examen de ingreso-, Oskar Sala se estableció en Berlín con la intención de completar su formación pianística y estudiar composición en la Berliner Musikhochschule bajo la tutela de su ídolo, el compositor y violinista Paul Hindemith

Friedrich Trautwein inventor del Trautonium probando uno de los primeros prototipos en el laboratorio de la Hochschule für Musik de Berlín
Friedrich Trautwein con el Trautonium en 1930 en el 
laboratorio radiofónico de la Berliner Musikhochschule.
Foto: Deutsches Museum.
Durante su primer año de estudios, Sala quedó fascinado por los trabajos que estaba realizando el ingeniero eléctrico y físico Friedrich Trautwein, en el laboratorio de experimentación radiofónica de la escuela con un nuevo instrumento de naturaleza electrónica que venía desarrollando desde 1928, según requerimientos de Hindemith, y que estaba especialmente enfocado para su uso radiofónico mediante una conexión directa con el transmisor. 

Trautwein, que al igual que Lev Termen y Maurice Martenot había servido en una unidad de radiocomunicaciones durante la Primera Guerra Mundial, en la que incluso alcanzó el grado de teniente y dirigió un batallón de radiotransmisiones, también había estudiado ingeniería eléctrica en la Technische Hochschule de Karlsruhe y física en la Universidad de Heidelberg.

En 1920, tras la contienda armada se incorporó al servicio radiotelegrafista alemán como técnico y participó en la construcción de la primera estación de radio alemana, que tenía su sede en la Vox-Haus en Berlín y que inició sus emisiones el 29 de octubre de 1923. Posteriormente trabajó durante unos años en el sector privado en la naciente industria de la radiofonía para las compañías Loewe, Graetz y Huth.

Casi paralelamente a su trabajo como técnico radiofónico Trautwein vio las posibilidades que se abrían en el nuevo medio para la generación de sonidos electrónicos y en 1922 ya había registrado su primera patente, la número 462980 bajo el nombre de "Dispositivo para la generación de vibraciones a través de un tubo de electrones". Seguirían muchas más durante los años 20 y 30, varias de ellas también realizadas a través de apoderados en las oficinas de patentes británica, francesa y estadounidense, entre otras.

En 1924 comenzó a trabajar en un instrumento de naturaleza electrónica. Su primera idea había sido desarrollar un órgano electrónico más cercano a la tradición de los instrumentos en los que por entonces venía trabajando el padre de la música electrónica alemana, Jörg Mager. No obstante, la falta de presupuesto para llevar a cabo una empresa de tal envergadura hicieron que solicitara a la Musikhochschule apoyo financiero para construirlo. Aunque en principio la dirección del centro no estaba interesada en la idea, básicamente por un tema de presupuesto, le solicitaron que se decantara por una solución más simple e imaginativa.

Precisamente en ese momento entró en juego el compositor Paul Hindemith, que era un consumado viola/violinista, y cuyas recomendaciones le hicieron cambiar totalmente a Trautwein el enfoque de su proyecto de instrumento electrónico desestimando la idea del teclado. La aparición en 1928 del Hellertion desarrollado por Peter Lertes y Bruno Helberger, con su control manual continuo significó el impulso que necesitaba para concretar sus ideas respecto al nuevo instrumento electrónico.

En mayo de ese mismo año, Trautwein estableció su laboratorio en la Hochschule für Musik de Berlín, en donde formalmente se le había encomendado que debía investigar los aspectos técnicos y musicales de la radiodifusión teniendo en cuenta las nuevas invenciones para este medio. Este contexto era propicio para el desarrollo del Trautonium y en ello estaba Trautwein cuando Oskar Sala apareció por vez primera por la puerta del laboratorio del ingeniero.

La frecuencia con la que Sala comenzó a visitar el laboratorio radiofónico y el interés que mostraba en el desarrollo del instrumento hicieron que Hindemith recomendara a Sala como ayudante de Trautwein, cosa que éste aceptó en el acto, y juntos comenzaron a trabajar a comienzos de 1930 en la realización de tres Trautoniums para una obra que Hindemith había escrito para el instrumento.

Fotografía del único ejemplar que se conserva del primer Trautonium construido y diseñado por el ingeniero Friedrich Trautwein en 1930
Imagen del único ejemplar que se conoce del primer Trautonium 
de 1930, donado por Friedrich Trautwein al Museo Alemán de 
Berlín en 1932. Foto: Deutsches Museum.
Pero ante todo, ¿qué es un Trautonium? El primer Trautonium era un instrumento monofónico, basado en la tecnología del tubo o válvula de vacío, el llamado triodo o Audion Tube, inventado por Lee De Forest en 1906, y que fue la base de los instrumentos y aparatos electrónicos, no sólo musicales, hasta la invención del transistor en los Bell Labs en 1947. Esta válvula de vacío (que en el caso del primer Trautonium se trataba de una lámpara de neón), era el generador de una forma de onda (un sonido), de forma continua. Hasta entonces instrumentos como el Theremin y el Ondes Martenot generaban ondas senoidales (ondas puras, sin armónicos), pero la gran aportación de Trautwein fue la introducción en su instrumento de una onda en rampa o de diente de sierra en el circuito de oscilación, que se producía cuando se añadían a la onda senoidal principal otras iguales a diferentes frecuencias y volúmenes, es decir, se agregaban armónicos, un concepto por entonces completamente nuevo. No obstante, el funcionario de la oficina de patentes alemana le negó inexplicablemente a Trautwein el registro de la idea.

El instrumento estaba basado en la síntesis substractiva -la base de la síntesis analógica-, es decir, un sistema según el cual a esa forma de onda inicial, de rampa en este caso, se le “substraen” aquellos armónicos que no sirven para obtener el sonido requerido, de ahí su denominación. Esta tarea se realizaba mediante el llamado filtro de formante. De este modo, se podían obtener sonidos de muy variada naturaleza, entre los que destacaban aquellos que se asemejaban a instrumentos de cuerda (violonchelo, violín, contrabajo), aunque los que más llamaron la atención entonces fueron los que presentaban connotaciones vocales. De hecho fueron tan innovadores que en 1930 Sala y Trautwein colaboraron con autoridades en materia de fonética, como el filósofo y psicólogo Carl Stumpf, para ayudarle con el Trautonium a comprender cómo actuaban las ondas sonoras producidas por las vocales.

El corazón del Trautonium, y lo que lo convertía en un instrumento singular, aunque inspirado en el fallido Hellertion, era su control manual continuo, aún entonces no sensible a la presión, consistente en un cable conductor de la electricidad extendido a una altura de un centímetro sobre un raíl metálico de unos 70 centímetros de largo conectado a la válvula de vacío. El sistema funcionaba como un circuito eléctrico. Si el intérprete presionaba el cable resistivo sobre el raíl completaba el circuito y se generaba un tono, más agudo o más grave, que venía determinado por la posición del dedo sobre el cable. 


El resultado sonoro era amplificado con altavoces en monofónico o a través de un receptor de radio. El rango tonal del instrumento era de dos octavas y media, que se podían transponer en una altura más grave o más aguda dentro de un máximo de seis mediante un interruptor. Este sistema dotaba, ya entonces, al Trautonium de una capacidad expresiva inaudita para la época, destacando muy especialmente su capacidad para realizar glissandos, vibratos y portamentos. Por último, el pedal del primer Trautonium controlaba únicamente el volumen general.

La idea de Trautwein sobre el papel a desempeñar por los nuevos instrumentos electrónicos era sumamente vanguardista para la época, tal y como afirmó en una entrevista de la época: “la música mecánica no enriquece el arte como tal, sino que ante todo lo expande. Sin embargo creo servir por medio de mi trabajo a todo el arte creativo y de este modo reconciliar las dos ramas del espíritu humano puestas erróneamente en contraste: el arte y la técnica”. 


La primera representación pública del Trautonium en el festival Neue Musik Berlin 1930 con Oskar Sala, Paul Hindemith y Rudolf Schmidt
Oskar Sala, Paul Hindemith y Rudolph Schmidt con el primer concierto 
de Trautonium el 20 de junio de 1930 en el festival Neue Musik Berlin.
Foto: Deutsches Museum.
El 20 de junio de 1930, tuvo lugar la primera representación pública del instrumento dentro del marco de la Neue Musik Berlin 1930, un festival de instrumentos eléctricos y composiciones creadas para los mismos. Esta demostración comenzó con la conferencia impartida por Friedrich Trautwein sobre las bases técnicas de los instrumentos eléctricos. A continuación pasó a interpretarse la primera pieza compuesta para el nuevo invento: Des kleinen Elektromusikers Lieblinge, seguida de Triostücke für drei Trautonien, ambas de Paul Hindemith en el hall de la Berliner Musikhochschule. En esta última pieza Sala se ocupó de la voz central, Hindemith interpretó los sonidos agudos y el pianista Rudolph Schmidt los tonos graves. A pesar de la fría acogida de la prensa, el éxito entre el público asistente fue remarcable. 

Como resultado de esta primera actuación, se inició una serie de conciertos de presentación del instrumento por toda Alemania. El 30 de noviembre de 1930 Sala, Hindemith y Schmidt repitieron el mismo concierto de la Musikhochschule esta vez en la Akademie der Künste. Posteriormente Sala demostraría el Trautonium en la Conferencia de música radiofónica de Múnich de junio de 1931, así como en varios festivales para instrumentos eléctricos. 

De todos estos eventos, probablemente el más significativo fue la presentación del Trautonium por iniciativa particular de Trautwein, contando con el apoyo del Instituto Heinrich Hertz, en las ediciones de 1931 y 1932 de la feria IFA de Berlín, en la última de las cuales el Trautonium interpretado por Oskar Sala se integraría en la llamada Das Orchester der Zukunft (La Orquesta del Futuro), junto a otros instrumentos contemporáneos como el Theremin, el Hellertion o el Elektrochord, en los que se ejecutaron exclusivamente piezas del repertorio clásico.

Comprometido y entusiasmado con las posibilidades del nuevo instrumento, el prolífico Paul Hindemith compuso en 1931 la obra Konzertstück für Trautonium mit Begleitung Des Streicheorchesters, en cuyo estreno berlinés Oskar Sala interpretó las partes solistas.

Por otro lado, en los años 1932 y 1933 el Trautonium gozó del éxito radiofónico con sus primeras apariciones en las ondas de la mano de Sala en el programa Allerlei Von 2 Bis 3 (De todo entre las 2 y las 3), conducido por los directores de orquesta Otto Dobrindt y Herbert Jäger. 

El mismo año de su creación, el Trautonium hizo acto de presencia en la banda sonora del film Stürme über dem Montblanc (Tormenta sobre el Montblanc, 1930), la primera película sonora del director Arnold Fanck, y una de las primeras del cine alemán. Este melodrama protagonizado por Sepp Rist y Leni Riefenstahl, que se estrenó en Dresde el 25 de diciembre de 1930 y en Berlín el 2 de febrero de 1931, fue una de las muchas películas de la época, y especialmente en la filmografía de Fanck, geólogo y montañero de profesión, que situaban la acción en las nieves de los Alpes. De ahí que se le considere el verdadero creador del género autóctono alemán conocido como Bergfilm, "cine de montaña".

Stürme über dem Montblanc la primera película con efectos sonoros creados con el Trautonium
El cartel de la película Stürme über dem Montblanc
(1930), dirigida por Arnold Fanck y con efectos sonoros
creados por Oskar Sala con el Trautonium.
La película era originalmente muda, si bien los diálogos, la banda sonora compuesta por Paul Dessau y los efectos sonoros se sincronizaron a posteriori en el estudio. El papel del Trautonium fue tan escaso que se redujo a una sola escena. La ingenua secuencia tiene lugar cuando el célebre piloto Ernst Udet, interpretándose a sí mismo, apaga el motor de su aeroplano al tiempo que sobrevuela planeando las escarpadas cumbres alpinas simplemente para comunicarle al protagonista, un meteorólogo llamado Hannes (Sepp Rist), que no olvide sintonizar la radio cada domingo por la noche para escuchar a su amigo Walter desde Berlín, para acto seguido volver a encender el motor, conformando una escena que vista hoy en día es a todas luces ridícula y puede ocasionar más de una sonora carcajada. Obsta decir que se requirieron los servicios del Trautonium para imitar el sonido del motor del avión.

La utilización del Trautonium en Stürme über dem Montblanc se puede considerar pionera en el uso de instrumentos electrónicos en el cine, y premonitoria de la posterior carrera de Sala como compositor para el medio cinematográfico. 

Dos años después de su presentación, el interés de Sala por desarrollar plenamente las posibilidades del Trautonium había alcanzado un punto en el que se dio cuenta de que no le bastaba con estudiar la técnica interpretativa para convertirse en un virtuoso del instrumento, sino que tenía que adquirir conocimientos científicos que serían esenciales para acometer futuros desarrollos con el mismo. De este modo entre 1932 y 1936 estudió física en la Universidad de Berlín.

Volkstrautonium. El segundo instrumento electrónico de la historia fabricado en serie


A principios de los años 30 Berlín se había convertido por méritos propios en la capital mundial de los instrumentos eléctricos. Ingenieros e inventores como Jörg Mager, Oskar Vierling, Fritz Sennheiser, Bruno Helberger, Harald Bode o el propio Trautwein eran nombres recurrentes en la prensa sobre significativos avances tecnológicos en el campo de la electrónica con fines musicales. 

Ese ambiente de aparente efervescencia que se respiraba entre el público en torno a la novedad de la radiofonía no tardaría en suscitar el interés de las grandes marcas del sector por explotar comercialmente todos aquellos productos relacionados, susceptibles de atraer a ávidos compradores de todo lo relacionado con esta nueva tecnología que comenzaba a implantarse en los hogares.

El éxito respecto a otros instrumentos eléctricos y ese clima aparentemente favorable a todo invento que implicara la radiofonía decidió al consorcio de AEG y Siemens a llegar a un acuerdo comercial con Friedrich Trautwein en 1931 para fabricar en serie su Trautonium. Al año siguiente Siemens vendió su división de electroacústica y el proyecto pasó a manos de la subsidiaria Telefunken, que comenzaría a trabajar en el mismo utilizando las patentes ya registradas por Trautwein, así como otras nuevas, y contando con la participación activa del propio inventor y de Oskar Sala en todo el proceso de diseño y construcción.

Si bien la firma RCA en Estados Unidos con su Theremin, fabricado entre 1929 y 1931, se había convertido en la primera de la historia en fabricar un instrumento electrónico en serie, Telefunken y su equipo, dirigido por el ingeniero Walter Germann, seguirían su estela invirtiendo dos años en la producción en cadena del primer antepasado del sintetizador moderno realmente portátil. Con un peso de poco más de once kilogramos, llevaría el nombre de Telefunken-Trautonium Ela T 42, aunque sería conocido extraoficialmente como Volkstrautonium (Trautonium popular).

La firma berlinesa hizo especial hincapié en que el producto resultante dispusiera de una amplia gama sonora con el menor número posible de componentes que facilitaran su fabricación en serie y su mantenimiento, y que al mismo tiempo tuviera un precio relativamente asequible en el marco de una coyuntura económica difícil. De hecho Telefunken pretendía que este modelo, que se publicitaría engañosamente como “capaz de imitar todo tipo de instrumentos” o como "el nuevo instrumento musical perfecto", se enfocara para el ocio doméstico en familia, una idea similar a la del exitoso y algo posterior órgano Hammond, aunque al final en ninguno de los dos casos las intenciones del fabricante se corresponderían con la tozuda realidad.

Uno de los pocos ejemplares que existen actualmente del Telefunken-Trautonium, más conocido como Volkstrautonium, instrumento en cuyo diseño colaboraron Trautwein y Oskar Sala
Uno de los ejemplares de Telefunken-Trautonium, también conocido 
como Volkstrautonium que se conservan en la actualidad. 
Foto: Musikinstrumenten-Museum Berlin.
El producto final era un bello y estilizado diseño, perfectamente a la altura de instrumentos electrónicos de luthier como el Theremin y el Ondes Martenot, en el que la madera, el metal y la disposición de los controles formaban un todo armónico que invitaba a probarlo.

A diferencia de los prototipos de 1930, el Volkstrautonium de 1933 integraba en una misma carcasa el generador sonoro y el control manual. La lámpara de neón se había sustituido por el tubo Thyratron RK1 mucho más estable que el anterior e incluía dos filtros de formantes para modelar los timbres. En su control manual destacaba la incorporación de una serie de pequeñas lengüetas metálicas recubiertas de cuero elevadas a lo largo del mismo, que una vez pulsadas contra el cable resistivo se utilizaban para fijar el tono, aunque también servían para definir ciertos intervalos, orientando visualmente al inexperto intérprete sobre las notas a ejecutar. Por último, heredó del primer Trautonium la amplificación sonora a través de un aparato de radio o un amplificador con un altavoz y también el pedal de volumen.  

En 1933 Telefunken no escatimó en gastos para la salida al mercado de su Trautonium, primero con una presentación para la prensa que tuvo lugar el 2 de agosto en la Berliner Singakademie con la reproducción de un disco con la interpretación por parte de Oskar Sala del tercer movimiento del Flötenkonzert de Friedrich II der Große, para dar a conocer las posibilidades sonoras del nuevo instrumento.

Sin embargo, la gran apuesta de la firma berlinesa la llevó a cabo en la edición de ese año de la Internationale Funkausstellung Berlin (IFA), inaugurada por el Ministro de Propaganda del Reich Joseph Goebbels el 18 de agosto. Al igual que en la exposición de 1932, se dedicó una gran sala ex profeso para una orquesta eléctrica con los instrumentos electrónicos más avanzados de la época. El Volkstrautonium interpretado por Oskar Sala compartió escenario con el Hellertion de Bruno Helberger, el Elektrochord de Oskar Vierling, el Neo-Bechstein de Walther Nernst, así como violines y violonchelos eléctricos y un Theremin, en diversos conciertos que tuvieron lugar durante el transcurso de la feria.

El concierto de la orquesta eléctrica que tuvo lugar en la edición de la feria IFA de Berlín de 1933, en la que Oskar Sala interpretó el Volkstrautonium
Oskar Sala, tercero por la izquierda interpretando el Volkstrautonium durante la
celebración 
de uno de los conciertos eléctricos que tuvieron lugar en la feria IFA de 1933. 
Foto: Deutsches Museum.
Telefunken decidió que la primera serie comprendiera doscientos instrumentos. No obstante, en seguida se vio que la marca berlinesa había realizado unos cálculos excesivamente optimistas, quizá magnificando el supuesto interés del público y el de la prensa de la época por los instrumentos eléctricos y el papel que debían ocupar en el ocio del hogar. El hecho de que la comercialización del Volkstrautonium no estuviera extendida a través de tiendas de instrumentos musicales convencionales -sino que se debía adquirir directamente de la fábrica-, generó un lógico escepticismo en los eventuales compradores, aspecto que probablemente perjudicó sensiblemente sus ventas.

En un vano intento por revertir la situación, a partir de 1934 el instrumento incluyó un completo manual de aprendizaje bajo el título de Trautoniumschule (Schott, 1934), en el que Trautwein ejerció de editor, Sala escribió sobre la técnica interpretativa, las instrucciones corrieron a cargo de Walter Germann, y Paul Hindemith escribió algunos ejemplos musicales, además de incluirse piezas de Arcangelo Corelli y Mozart. Oskar Sala incluso impartió cursos sobre el instrumento en la Hochschule für Musik y en la sede de Telefunken que fueron un completo fracaso. 

La realidad del Volkstrautonium, contrariamente a la idea de Telefunken, es que era un instrumento muy difícil de interpretar incluso para melodías sencillas y exigía muchísima práctica y dedicación por parte de los intérpretes noveles, incluso con el auxilio de una guía de papel que señalaba la ubicación exacta de las notas colocada frente al control manual y que también había heredado del primer Trautonium.

No obstante, el aspecto más determinante para su fracaso tuvo más que ver con su comercialización en una época de crisis económica a nivel mundial agravada en el caso alemán por una explosiva situación socio-económica. Su precio de 431,25 marcos, que no varió de manera ostensible durante los años que estuvo en venta, era prohibitivo para las clases medias, dado que suponía el salario de dos meses y medio de un trabajador o más de cinco veces el precio de una radio. 

Finalmente, el ritmo de ventas, extremadamente lento y muy por debajo de las expectativas iniciales, hizo que Telefunken pronto perdiera todo interés en continuar con la fabricación de su Trautonium y detuviera la producción hacia 1935, hecho que coincidió con las cada vez más apremiantes necesidades de la maquinaria de guerra nazi que obligaron a la firma berlinesa, así como a otras muchas empresas alemanas, a centrar sus esfuerzos en fabricar material con fines bélicos, que en el caso de Telefunken fueron instalaciones de radar, transmisores y repetidores de radio.

No existen datos exactos sobre el número de unidades vendidas, aunque es seguro que no se llegaron a fabricar las doscientas originalmente previstas y se cree que la producción final pudo situarse por debajo del medio centenar de equipos. En 1938 Telefunken retornó algunos componentes e instrumentos no vendidos a Trautwein en concepto de regalías y se desmantelaron los restantes. En la actualidad se conservan alrededor de una decena de ejemplares de Volkstrautonium en museos públicos de Alemania y Austria, y también existen algunos en propiedad de coleccionistas privados.

Ciertamente la sociedad de los años 30 había encontrado en la radio y en los gramófonos un modo más barato y cómodo de disfrutar del ocio en familia.

El Trautonium y el nazismo


Al mismo tiempo que el Trautonium iba progresando como instrumento, el Partido Nazi, en el poder en Alemania desde 1933 prohibía toda manifestación de arte moderno calificándolo de Entartete Kunst o arte degenerado. En música los nazis consideraban degenerada toda manifestación atonal o que implicara estilos proscritos como el jazz. La estrecha relación de Paul Hindemith, controvertido compositor entre las élites nazis por su música atonal, con la invención de Trautwein, no era un hecho que pasara desapercibido para las autoridades.

En este sentido, la supervivencia del Trautonium durante los primeros años del nazismo contó en un principio con no pocas dificultades, como el cierre temporal del laboratorio donde trabajaban Trautwein y Sala e incluso la colocación de carteles en contra de la música eléctrica en la Berliner Musikhochschule. Como la situación se estaba agravando y para acallar las críticas de ciertos sectores, Trautwein a través de un vecino suyo, que era Ministro de Finanzas de Prusia, consiguió una audiencia con Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del Reich.

En una fecha sin determinar del mes de abril de 1935 y en una reunión de la que se desconocen los detalles concretos, Friedrich Trautwein como inventor, Oskar Sala como intérprete de Volkstrautonium, Rudolf Schmidt al piano y el violonchelista Peter Herbert Lehmann, realizaron una presentación ante el Ministro de Propaganda del Reich Joseph Goebbels, el Secretario de Estado del Ministerio de Propaganda, Walther Funk y una comisión de expertos musicales.

El Dietrich-Eckart-Freilichtbühne recinto que acogió concentraciones de masas que contaron con la presencia de Oskar Sala y el Trautonium
Panorámica del Dietrich-Eckart-Freilichtbühne en 1939,
escenario 
de concentraciones de masas en las que
participó Oskar Sala con el Trautonium.

Foto: Deutsches Bundesarchiv.
En esta recepción, los músicos interpretaron un trío de Beethoven, sendas sonatas de Bach y Max Reger, además de un interludio de Harald Genzmer, al igual que Sala, discípulo de Hindemith. Asimismo, Sala mostró ante el asombro de todos los presentes algunas de las características más llamativas del instrumento, como los glissandos, portamentos y otros recursos que solían sorprender al público. Según Sala, Goebbels comentó que "había que seguir el ritmo de los tiempos" y se interesó especialmente por las posibilidades del nuevo instrumento para tomar parte en grandes eventos al aire libre a lo que Sala respondió "que se habían evitado por tratarse de un instrumento de laboratorio". Finalmente, el Ministro de Propaganda permitió a Trautwein y a Sala continuar con su trabajo. 

La primera consecuencia de este éxito ante el portavoz del regimen Nazi vino por parte de la Radio del Reich, que le encargó a Trautwein la construcción de un nuevo Trautonium totalmente equipado, no escatimando en gastos, para ambientar seriales radiofónicos y musicalizar las cabeceras de diversos programas, e incluso el mismo Sala disfrutó de un espacio propio de quince minutos llamado "Musik Auf Dem Trautonium".

La segunda y más nefasta consecuencia fue la instrumentalización del Trautonium por parte del régimen, especialmente en conciertos propagandísticos al aire libre y para enfatizar discursos de sus líderes frente a concentraciones de masas. Dentro de los preparativos de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, Sala y Trautwein tomaron parte en el otoño de 1935 en la musicalización de una concentración en el Dietrich-Eckart-Freilichtbühne (conocido actualmente como Waldbühne), en donde Sala interpretó con el Trautonium piezas clásicas y la composición de Harald Genzmer Musik für Trautonium und großes Blasorchester junto a una banda de viento-metal de la Wehrmacht, en una actuación convenientemente amplificada mediante potentes altavoces.

En aquella época, muchos artistas, ya fuera por acción u omisión, afinidad ideológica o por una simple cuestión de supervivencia se plegaron a los deseos del regimen Nazi, que instrumentalizó avances técnicos, en este caso en el campo de la música electrónica, en su propio beneficio contando con la colaboración de los propios ingenieros y músicos implicados en su desarrollo.  

Aunque Sala siempre se declaró apolítico, lo cierto es que la cercanía de Trautwein al Partido Nazi, al que se afiliaría hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, favorecerían sobremanera la labor de ambos, pero especialmente la de Oskar Sala, que disfrutaría de grandes facilidades para realizar giras de conciertos por toda Alemania y por varios países ocupados hasta bien entrada la Segunda Guerra Mundial, así como para desarrollar posteriores evoluciones del Trautonium.

5 comentarios:

  1. Nice article!

    here's a few photos I took of the Mixtur Trautonium:

    http://abstractprojection.blogspot.com/2009/05/now-playingoskar-sala-subharmonic.html

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  2. Thanks a lot Andy!!! I hope to complete the next chapters in coming weeks. Your photos are truly amazing, very, very detailed. I specially love the "Volkstrautonium", tiny and compact (and portable), a very clever design for 1933.

    Best regards

    Pablo/Audionaut

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  3. No problem Pablo. I tell you it was probably the most interesting thing in the museum, just a shame it's wasn't in operational condition when I was there (I'm guessing) and the real knowledge of how to play it has gone with Oscar. When you see this instrument up close you can really start to see the pontential of this amazing instrument. Pete Namlook uses one on his album THE RETRO ROCKET with Move D (David Moufang), a wonderful album where the MT eventually becomes almost like a violin in tone.

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  4. Yeah, Andy. Sala and his Mixturtrautonium are an almost unique case in the history of music. When Sala died all his knowledge disappeared with him. It's really tragic and quite sad. There will never be another virtuoso like him.

    On the other hand, I didn't knew that album you mentioned from Pete Namlook. I knew that in Namlook VII, Psychonavigation 3 and Namlook XII, Mr. Kuhlmann included some pieces using subharmonic tones generated through his MIDI subharmonic device. In any case, thanks for the information. I'll look for it.

    Best regards

    Pablo/Audionaut

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  5. http://www.youtube.com/user/Trautonist

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