La historia del fabricante estadounidense de instrumentos electrónicos Sequential Circuits según David Abernethy. |
Como parte de todo ese proceso de transformación socioeconómica de las sociedades industrializadas acaecido en la segunda mitad del siglo XIX, algunos pioneros comenzaron a experimentar con las posibilidades musicales que podía ofrecer la electricidad, lo que daría lugar a la aparición de los primeros instrumentos de naturaleza eléctrica / electromecánica como sería el caso del Musical Telegraph (1876), Telharmonium (1897) o el Singing Arc (1899).
Tras décadas de inventores solitarios trabajando con la tecnología de la válvula de vacío en instrumentos generalmente incomprendidos, sin un mercado ni grandes perspectivas comerciales, no sería hasta los años 60 del siglo XX cuando se iniciaría una nueva era alrededor del diseño y fabricación de sintetizadores. Tres podrían ser los principales detonantes de esa eclosión en ese momento concreto: por un lado la curiosidad científica y la innovación, puestas de relieve en una línea evolutiva que conecta instrumentos de válvulas en apariencia dispares como el Electronic Sackbut (1945-1948), de Hugh Le Caine, el Mixturtrautonium (1952), de Oskar Sala, o el RCA Mark I / II Sound Synthesizer (1955-1957), de Herbert Belar y Harry Olson, que avanzan algunas características que anteceden a la idea del sintetizador modular compacto preconizado en 1960 por Harald Bode en la forma del Audio System Synthesizer. En segundo lugar, estaría la popularización y consiguiente abaratamiento del transistor, cuyas reducidas dimensiones posibilitarían dejar atrás la tecnología de la válvula termoiónica y condensar en un solo instrumento portable los componentes principales de un estudio de investigación sonora. Por último, toda esta progresión tecnológica desembocaría en el papel clave jugado por el ingeniero Robert Moog con la creación y fabricación de su sintetizador modular controlado por voltaje en 1963 en Trumansburg (Nueva York), así como el trabajo desarrollado en paralelo, pero con otro enfoque, por Donald Buchla en Berkeley (California), que actuarían como catalizadores del inicio de una nueva industria.
Los creaciones de estos pioneros de los sintetizadores comerciales se canalizarían a través de sus compañías R.A. Moog Co. (desde 1972 conocida como Moog Music), y Buchla & Associates, que servirían de inspiración a toda una serie de emprendedores que vieron las grandes oportunidades de negocio que se abrían en este nuevo mercado. Así, en 1967 en Oklahoma City, John Simonton fundaría PAiA Electronics, que se especializaría en fabricar módulos electrónicos en kit de precio asequible. Al año siguiente en Vernon (Connecticut), aparecería la firma Electronic Music Laboratories, más conocida como EML, que fabricaría sistemas modulares y sintetizadores portátiles como la reputada serie ElectroComp. En 1969 el ingeniero Alan R. Pearlman fundaría ARP Instruments en Lexington (Massachusetts), empresa que gracias al éxito de sintetizadores como el ARP 2600, y sobre todo el ARP Odyssey, se convertiría hacia mediados de los años 70 en el primer fabricante mundial en volumen de ventas.
Al otro lado del Atlántico y después de explorar durante varios años las posibilidades musicales de los miniordenadores DEC PDP-8 como centro neurálgico de su estudio privado en Putney, el británico de ascendencia rusa Peter Zinovieff crearía en 1969 la mítica compañía Electronic Music Studios -más famosa por el acrónimo EMS-, creadores de los sintetizadores clásicos VCS3 y Synthi AKS, entre otros.
La entrada en la década de los 70 no haría sino confirmar el auge de la joven industria de los instrumentos electrónicos con el nacimiento de toda una serie de compañías en Estados Unidos que emprenderían la creación y diseño de nuevos equipos electrónicos, con el fin de colmar las aspiraciones del músico profesional por acariciar la nueva y excitante tecnología. A la existencia de Moog Music, ARP Instruments o EML, se sumarían pequeñas firmas como Aries o Polyfusion en la Costa Este, al mismo tiempo que estaba surgiendo toda una sucesión de fabricantes que empezaban a adquirir gran relevancia en el oeste del país siguiendo la estela de la empresa de Don Buchla, como es el caso de E-mu Systems, Serge Modular Music Systems, Oberheim Electronics o Steiner-Parker, pero sobre todo destacaría una joven empresa que comenzaba a dar sus primeros pasos durante el año 1974 bajo el nombre de Sequential Circuits.
El lugar que ocuparía la compañía californiana capitaneada por Dave Smith en la industria de los instrumentos electrónicos durante el siguiente decenio sería fundamental. El desarrollo del Prophet 5, primer sintetizador analógico polifónico controlado por microprocesador y con memorias para almacenar sonidos, marcaría un hito en la industria, convirtiendo el instrumento en un clásico instantáneo. El papel clave de Smith como máximo impulsor del protocolo MIDI, de los primeros sintetizadores multitímbricos o en la creación del primer sintetizador digital basado en la síntesis vectorial con el Prophet VS serían sólo algunos de sus logros.
Obsesionado durante años con los instrumentos y la trayectoria empresarial de Sequential Circuits, el músico y coleccionista de sintetizadores neozelandés David Abernethy iniciaría en 2009 la aventura de escribir su historia, un largo proceso de seis años que finalmente vería la luz en forma de libro impreso bajo el nombre de The Prophet From Silicon Valley. The Complete Story Of Sequential Circuits (AM Publishing, 2015).
Cuarta y definitiva sede de Sequential Circuits Inc., en el 3051 North First Street, San José, California, octubre de 1979. |
Para completar con éxito su objetivo, el autor ha contado con el testimonio de primera mano de músicos de la talla de Terry Riley, Suzanne Ciani, Tony Banks (Genesis), Patrick Gleeson, Larry Fast (Synergy / Peter Gabriel), Richard Barbieri (Japan), Geoff Downes (Asia / The Buggles), Alan Howarth (John Carpenter), Michael Boddicker o Roger O'Donnell (The Cure), entre otros, así como de personalidades de la industria de la relevancia de John Chowning, Roger Linn, Tom Oberheim, Dave Rossum y Scott Wedge (E-mu Systems), que suponen todo un aval para esta obra.
A esta relación de ilustres colaboradores cabe añadir la aportación de más de una veintena de antiguos empleados y directivos de Sequential -entre los que figuran los ingenieros de software y hardware de muchos de sus productos-, la inclusión de más de 250 anuncios publicitarios y fotografías de la época -muchas de ellas inéditas-, al que hay que sumar el monumental trabajo de documentación -que incluyó varios viajes transoceánicos a Estados Unidos y al Reino Unido para realizar entrevistas-, por lo que el libro tiene más que justificado su subtítulo de "The Complete Story Of Sequential Circuits".
Tras los agradecimientos a los principales contribuyentes al libro, el prólogo firmado por Dave Smith y la historia que llevó al autor a ponerse manos a la obra con la escritura de The Prophet From Silicon Valley, se da paso a una breve introducción en la que Abernethy pretende enmarcar de un modo fugaz los años 80 como la década en la que el sintetizador alcanzaría la mayoría de edad. El instrumento, omnipresente tanto en los hits radiofónicos, como en los programas musicales, bandas sonoras de cine y series de televisión, y cómo los vertiginosos avances tecnológicos fueron cambiando la faz de la música, cuya dependencia de los sintetizadores y otros instrumentos electrónicos se hizo cada vez mayor. En esa coyuntura se encuentra la industria estadounidense del sintetizador que había levantado el vuelo durante la década de los 70, y en la que la firma californiana Sequential Circuits con su buque insignia, el icónico sintetizador polifónico Prophet 5, adquiriría una posición hegemónica a comienzos de los años 80.
Dave Smith al teléfono en la factoría de Sequential Circuits en 1976 mientras Dave Stempson revisa la circuitería del Model 700 Programmer. Foto: Keyboard Magazine. |
La nueva empresa en sus inicios no tenía una sede como tal, sino que Smith trabajaba en su apartamento de dos habitaciones en Santa Clara durante el tiempo libre que le dejaba su empleo principal como ingeniero especializado en control digital en la corporación Lockheed Martin. Los limitados conocimientos de Smith en materia de sistemas analógicos le llevarían a contactar con E-mu Systems, que le suministraría consultoría técnica respecto a su oscilador controlado por tensión Emu 1201 VCO, que sería la base alrededor de la cual Dave Smith diseñaría su primer producto, el secuenciador analógico de dieciséis pasos y generador de ondas Model 600, cuyo proceso de fabricación absolutamente artesanal daría lugar a la fabricación de tan sólo cinco unidades.
A éste le seguiría el secuenciador digital monofónico Model 800 que sería el primer éxito de la joven compañía y del que se fabricarían 400 unidades entre 1975 y 1981. Sería utilizado por músicos del calibre de Rick Wakeman, Suzanne Ciani o Larry Fast. En 1977 aparecería el Model 700 Programmer, básicamente un controlador externo analógico/digital con memorias para apoyar a sintetizadores monofónicos como el Moog Minimoog y el ARP 2600, dotado con capacidad para almacenar hasta un máximo de 64 sonidos, y que además permitía programar parámetros del sintetizador conectado a él, como el rango de los osciladores, la resonancia del filtro, ruido y 'glide'. Por lo general, estos primeros productos representaban una alternativa más asequible y de calidad similar a los equipos que por entonces venían produciendo los dos gigantes de la industria estadounidense del sintetizador; ARP y Moog Music.
Con el título de "The Model 1000", se inicia una serie de cuatro capítulos dedicados al desarrollo y evolución del SCI Prophet 5. En este primero se analiza el mercado de los sintetizadores analógicos polifónicos entre mediados y finales de los años 70, con ilustres contendientes como el Moog Polymoog, Yamaha CS-80, Oberheim 4 Voice o la serie PS3100/3200/3300 de Korg, además del raro RMI Keyboard Computer II. En esa pugna, el Prophet 5 se destacaría como un sintetizador analógico polifónico de cinco voces -'five-Minimoogs-in-one-box' como se aludía a él en la época-, con dos osciladores por voz, aunque la característica que lo haría despuntar sería su memoria digital para almacenar sonidos -primero hasta 40 y más adelante 120-, que suponían una mejora sustancial respecto a los instrumentos de la competencia. Tanto es así que el control mediante microprocesador terminaría por convertirse en el método estándar que mejoraría sobremanera las características operacionales de los sintetizadores.
El Sequential Circuits Prophet 5 en su revisión 3.2 de 1981. |
El rápido incremento de las ventas y los amplios márgenes de beneficio que dejaba un instrumento como el Prophet 5 a un precio de 4.000-4.500 dólares (que representarían alrededor de 16.000 dólares en la actualidad), supusieron el auge y expansión comercial de Sequential Circuits hasta el punto de convertirse en el primer fabricante estadounidense en 1980. Este es el eje sobre el que se vertebra el cuarto capítulo "Profits from Prophets", en donde también se relata la importación y distribución en el Reino Unido por medio de la tienda londinense Rod Argent's Keyboards. También hay espacio para las opiniones de los músicos sobre su uso de la Rev. 2 -que suponía pequeños refinamientos en el botón y cable de encendido y en las placas digitales y de voces-, pasando por detalles a menudo no tenidos en cuenta, como la calidad de los manuales técnicos o las muy originales campañas publicitarias desplegadas por la firma para dar a conocer sus productos.
Durante los siete años que el Prophet 5 estuvo en producción (enero de 1978 - diciembre de 1984), el instrumento se vio sometido a continuas revisiones con el fin de mejorar su fiabilidad. Esta es la base del capítulo cinco, "Redesigning a Classic", en el que se relata la tensa relación entre SSM y Sequential, por no cumplir los plazos de suministro de chips, y que conduciría a prescindir de este proveedor en favor de Curtis Electromusic. Todo ello daría lugar a la Rev. 3 del Prophet 5 en mayo de 1980, el más profundo de los rediseños, que implicaría el reemplazo total de los chips SSM por los CEM de Curtis y a su vez un completo rediseño de las placas digitales y de voces, entre otras mejoras. El resultado sería un instrumento más estable, sin embargo perdería una cierta calidez sonora que aportaban los chips SSM. No obstante, la Rev. 3 (y sus versiones 3.1, 3.2 y 3.3), se convertiría en la más popular de todas con alrededor de 5.000 instrumentos producidos.
El sintetizador polifónico Sequential Circuits Prophet 10 (1980-1984). |
En este capítulo también hay espacio para analizar el mastodóntico SCI Prophet 10 (1980), con su doble teclado (casi literalmente dos Prophet 5 Rev. 3 apilados en tándem), 32 kilos de peso, y un precio de entre 7.500 y 8.800 dólares (equivalentes a unos 20.000 dólares actuales), que incluía la opción de un secuenciador polifónico de seis pistas con capacidad para 10.000 notas. No obstante, muchas de las características que lo hacían destacar como su polifonía o el secuenciador interno ya estaban siendo implementadas a un precio inferior en otros equipos como los Oberheim OB-X/OB-Xa (1979/1980), o el Roland Jupiter-8 (1981), por consiguiente sus ventas no sobrepasarían las 600 unidades.
Tras desarrollar su instrumento más voluminoso, Sequential Circuits apostó por el más pequeño, su exitoso SCI Pro-One (1981), un sintetizador monofónico basado en la arquitectura de una voz del Prophet 5 Rev. 3, creado con el objetivo de que tuviera un precio asequible que le permitiera erigirse en una especie de equivalente moderno del Moog Minimoog. A pesar de competir contra rivales como el Moog Source, Oberheim OB-1 o el Korg MS-20, el Pro-One, con sus dos osciladores por voz, teclado de tres octavas, secuenciador y arpegiador internos, entre otras características, se convertiría en el mayor éxito de la compañía con alrededor de diez mil unidades vendidas durante sus cuatro años en producción.
En el episodio "Factory, Stage and Screen" se realiza un breve recorrido por el papel preponderante que tendrían los instrumentos de Sequential como parte del equipo de músicos famosos en el marco de los programas musicales de televisión durante los años 80, en especial con el Prophet 5, protagonista indiscutible de muchos hits de aquella era. Desde Peter Gabriel a Abba, pasando por Grateful Dead o Yellow Magic Orchestra, centenares de artistas y grupos de primera línea contribuirían a cimentar la fama de los instrumentos de la empresa californiana, gracias a su uso en conciertos o en apariciones televisivas en programas como Saturday Night Live, Top Of The Pops o Rockpalast y cientos de videoclips en MTV, que serían un inmejorable escaparate publicitario para la marca.
"Accesorizing", el séptimo capítulo, está dedicado a glosar una serie de accesorios producidos por Sequential para complementar al Prophet 5, en especial el Poly-Sequencer, que era una versión autónoma del secuenciador con 10.000 notas de capacidad que venía incluido en el Prophet 10 junto a una unidad de cassette integrada. Otro de los accesorios sería el Prophet Remote, un teclado controlador en bandolera -lo que hoy se conoce por 'keytar'-, que a pesar de su tosco aspecto, sería durante un tiempo el único teclado colgable polifónico del mercado.
En este segmento también hay espacio para rememorar la publicidad de la marca en revistas especializadas del sector, en analizar el intento de diversificación mediante las unidades de efectos programables en la forma del SCI Pro-FX, así como la comercialización que llevó a cabo Sequential en Estados Unidos de los teclados de cuerdas de la marca italiana SIEL como Fugue (1982), y Prelude (1983), dentro del segmento de los instrumentos de precio económico, si bien ya eran unos productos desfasados en la primera mitad de los años 80.
Sequential Circuits Prophet T8 (1983). |
No obstante, el apartado más interesante es la primera parte del referido al SCI Prophet T8 (1983) el buque insignia de Sequential durante la primera parte de los 80. Un sintetizador de ocho voces destinado a competir en la gama alta con el Rhodes Chroma (1982), que desde un punto de vista sonoro era similar al Prophet 600, pero disponía de un innovador teclado contrapesado de 76 teclas de madera, sensible a la presión y la velocidad mediante sensores ópticos, además de incluir 'aftertouch' polifónico y capacidad de split/layer, entre otras funciones. El teclado presentaba unas especificaciones tan completas que Sequential le vendería durante años varios centenares a New England Digital (NED), para equipar su Synclavier II.
La historia -tantas veces contada-, de cómo se desarrolló el protocolo MIDI viene representada por el capítulo ocho, sucintamente titulado "MIDI", en el que Abernethy relata el liderazgo y el papel de mediador que adoptó Dave Smith en las negociaciones entre los reticentes fabricantes estadounidenses y los no menos escépticos japoneses a la hora de adoptar una conexión universal entre instrumentos de diversas marcas en una época en la que cada empresa había desarrollado su sistema propietario de conexión entre sus instrumentos: Sequential tenía el sistema USART para transmitir y recibir datos entre el Prophet 5 Rev. 3.2, el Prophet Remote y el Poly-Sequencer. Oberheim usaba el Oberheim System, una interconexión paralela entre su sintetizador OB-Xa, el secuenciador DSX y la caja de ritmos DMX. Por su parte Roland equipaba con el Digital Control Bus (DCB), a sus sintetizadores Jupiter 8 y Juno 60 además de sus secuenciadores MSQ-700 y JSQ-60, mientras Yamaha había desarrollado el YMCS (Yamaha Music Communications System), por consiguiente no veían la necesidad de adoptar un estándar de manera inminente. No obstante, el presidente de Roland Ikutaro Kakehashi propuso la idea de un estándar en junio de 1981.
Sequential y Roland -principales empresas del sector en Estados Unidos y Japón respectivamente-, serían las dos compañías que creerían más firmemente en la idea de un estándar de uso libre -sin patentar-, del que no se beneficiara nadie económicamente, y habida cuenta el escepticismo del resto, las que negociarían y pactarían las especificaciones técnicas del estándar -todavía denominado USI (Universal Synthesizer Interface)-. Sería clave papel jugado por Dave Smith como artífice del desarrollo técnico del estándar -junto al ingeniero de Sequential Chet Wood-, y como creador de la denominación definitiva del dispositivo -Musical Instrument Digital Interface-, sin olvidar la iniciativa, el apoyo y la firme convicción de Ikutaro Kakehashi que estaba convencido de que si el proyecto seguía adelante, el resto de fabricantes terminarían por unirse a él.
Momento histórico: Dave Smith controlando con el Roland Jupiter 6 el SCI Prophet 600 por medio de la conexión MIDI en el NAMM de enero de 1983, Anaheim, California. |
Los dos años de desarrollo del protocolo MIDI se concretarían en diciembre de 1982 con la presentación del SCI Prophet 600 -instrumento con una arquitectura similar a la del Prophet 5 equipado con arpegiador y secuenciador-, el primer sintetizador de la historia en incorporar interfaz MIDI, al que pronto se uniría el Roland Jupiter 6. Durante el NAMM en Anaheim (California), en enero de 1983 se produciría el momento mágico en el que se interconectarían ambos modelos con éxito; con el Jupiter 6 se podían controlar sonidos y parámetros del Prophet 600 y viceversa. A medida que el resto de fabricantes vieron el potencial del estándar, en especial sus usos en el todavía inexplorado campo de la informática personal con fines musicales, así como el impacto positivo que su inclusión producía en las ventas, paulatinamente sería adoptado por el conjunto de la industria. En 1985 se establecería la MIDI Manufacturers Association (MMA), en Estados Unidos y el Japan MIDI Standards Committee (JMSC), que se han encargado de administrar e implementar cambios y mejoras en la especificación MIDI 1.0 hasta la actualidad.
Este capítulo se completa con la segunda parte del extenso análisis dedicado al Prophet T8, contando en esta ocasión con los comentarios de los músicos, que destacan la capacidad del sintetizador como teclado maestro para situaciones de estudio y directo, así como sus grandes posibilidades de control gracias a sus avanzadas especificaciones MIDI para la época. Sin embargo su elevado precio de alrededor de 6.000 dólares (unos 12.500 dólares en la actualidad), su aparatosidad, la competencia del Rhodes Chroma en su segmento, y la aparición del Yamaha DX7 limitó sus ventas de unas 800 unidades al nicho de los teclistas profesionales de primer nivel.
Con el más que llamativo título de "The Prophet Killer", Abernethy nos presenta en el capítulo nueve a ese 'asesino de profetas' y de todo sintetizador analógico que se le pusiera por delante que fue el célebre Yamaha DX7, cuya irrupción en el mercado y su enorme éxito supondría un cataclismo, muy especialmente entre los fabricantes estadounidenses como Moog, Oberheim y Sequential, que todavía asentaban sus productos en la síntesis analógica y en un proceso de fabricación a mediana escala. Este capítulo incluye asimismo una entrevista de dos páginas con el creador de la síntesis FM, John Chowning.
El interfaz MIDI SCI Model 64 Sequencer (1983). |
"Computer Games" analiza una serie de productos no excesivamente conocidos de Sequential comercializados bajo la marca 'Musicware', enfocados al pujante negocio de los microordenadores, centrado en el exitoso Commodore 64 y su avanzado chip de sonido SID. Con un mercado potencial cercano a los 20 millones de ordenadores vendidos, la firma californiana desarrolló una serie de productos con los que pretendía hacerse con una porción del mismo. El primero sería el Model 64 Sequencer -el primer interfaz MIDI desarrollado para ordenadores-, que iba conectado al puerto de expansión de cartuchos del ordenador, y que era una tarjeta con el software pre-instalado en su ROM, que permitía almacenar programas, grabación multipistas con el sintetizador SCI Six-Track, así como la conexión y sincronización con otros sintetizadores y cajas de ritmos. El Model 242 sería una versión simplificada y más barata del anterior, con el software esta vez funcionando directamente en el ordenador. La línea de productos se completaba con una gama de software de expansión en discos de 5 1/4, y el teclado de dos octavas Musicmate, que se conectaba en el puerto de joystick del microordenador de 8 bits. Sin embargo en 1983/1984 el mercado no estaba lo suficientemente maduro para esta clase de productos, que a la larga supondrían un importante descalabro económico para la compañía, y una de las causas que a la larga la llevarían a la bancarrota.
Bajo el nombre de 'Traks Music System' y promocionado por Sequential para operar de manera combinada con la interfaz Model 64 Sequencer y un Commodore 64 al modo de lo que más adelante se conocería como 'workstation', se encontraba el SCI Six-trak (1983). El primer sintetizador multitímbrico de la firma era un instrumento enfocado al mercado de baja gama, con seis voces de polifonía, que incluía un sofisticado secuenciador de seis pistas, pero que a pesar de algunas importantes carencias -como un solo oscilador por voz y no contar con salidas de audio individuales para cada canal-, terminaría por convertirse en el segundo instrumento más exitoso de la compañía con 8.500 unidades vendidas. A éste se sumaba la 'drum machine' SCI Drumtraks (1984), la primera caja de ritmos desarrollada por la empresa californiana, la primera -a la par de la Roland TR-909- en incorporar MIDI y también su primer producto digital basado en muestras o samples (de 8 bits). Su polifonía de seis voces, calidad sonora, secuenciador con capacidad para 3.300 notas, así como su facilidad y flexibilidad para crear y editar patrones rítmicos, la convertirían en un nuevo éxito para la compañía de San José.
El enfoque comercial de Sequential entre 1983 y 1985 hacia productos de gama media/media-baja en un intento por ampliar mercado, abandonando temporalmente los instrumentos de alto nivel, se verá representado por el undécimo capítulo; "The Boys In The Band". 1984 se había saldado con un pico de ventas que había ascendido hasta los 13 millones de dólares, la situación era tan favorable que los beneficios se reinvertían en ampliar y mejorar diversas áreas de la empresa, así como ampliar la plantilla hasta alcanzar un total de 160 trabajadores en 1985. Sin embargo, el futuro no se perfilaba tan brillante con una serie de productos que cosecharían escasa fortuna en el mercado. El primero de ellos, el sintetizador multitímbrico SCI Max (1985-1986), ideado como un instrumento de bajo coste para el músico que se inicia en los sintetizadores y diseñado para ser la fuente de generación sonora en una configuración MIDI del Commodore 64 o como expansión del Six-Trak, sólo obtendría unas ventas de alrededor de 3.000 unidades, a pesar de estar enfocado a la producción en masa.
Peor suerte correría el SCI Split-Eight (1985-1986), un sintetizador analógico de 8 voces de polifonía con 61 teclas, posibilidad de split/layer, que venía a ser una versión expandida pero sin el secuenciador ni la capacidad multitímbrica del Six-Trak con un precio inferior a mil dólares, que sin embargo no llegaría a vender más de mil unidades. Heredero de las mejores características del Six-Trak y Split-Eight, se situaría el SCI Multitrack (1985-1986), un nuevo sintetizador polifónico multitímbrico de gama media que adoptaría la misma arquitectura de seis voces basada en el chip CEM3394 de los anteriores, arpegiador y secuenciador del primero, y el teclado, matriz de edición y efecto de 'chorus' del segundo. A pesar de tratarse del mejor sintetizador de los tres producidos por Sequential en 1985, en esta ocasión la competencia del más económico y atrayente Roland Juno 106, y sobre todo del Yamaha DX7 en el ámbito digital y en su mismo rango de precio, limitaría sus ventas a apenas 2.500 instrumentos.
Con la 'drum machine' TOM (1985-1987), y siguiendo el ejemplo de los fabricantes japoneses, Sequential basó este instrumento en el chip de diseño propio I-607, una opción que permitiría minimizar el 'hardware' y los costes, y que daría pie a desarrollos futuros. El resultado sería una caja de ritmos digital de gama media con MIDI, cuatro voces de polifonía, ocho sonidos sampleados a 8 bits de resolución y la posibilidad de cargar siete sonidos más a partir de cartuchos, que sin embargo -a pesar de su facilidad para editar patrones rítmicos-, no sería particularmente célebre entre la gran oferta disponible en el mercado de mediados de los 80.
Con la 'drum machine' TOM (1985-1987), y siguiendo el ejemplo de los fabricantes japoneses, Sequential basó este instrumento en el chip de diseño propio I-607, una opción que permitiría minimizar el 'hardware' y los costes, y que daría pie a desarrollos futuros. El resultado sería una caja de ritmos digital de gama media con MIDI, cuatro voces de polifonía, ocho sonidos sampleados a 8 bits de resolución y la posibilidad de cargar siete sonidos más a partir de cartuchos, que sin embargo -a pesar de su facilidad para editar patrones rítmicos-, no sería particularmente célebre entre la gran oferta disponible en el mercado de mediados de los 80.
Intentar cambiar la deriva de la empresa con la producción de instrumentos digitales es precisamente lo que pone de relieve el capítulo doce; "The Return Of The Prophet", que abarca el desarrollo del primer sampler de la compañía el SCI Prophet 2000 (1985), en mitad de un panorama dominado por Fairlight, NED, PPG, E-mu o Kurzweil en la gama alta, y con productos de Ensoniq, Akai, Roland, Casio o Korg como fuerte competencia del instrumento de Sequential en la serie media. El capítulo se complementa con el centro de producción MIDI (caja de ritmos/sampler/secuenciador), Studio 440 (1986), que a pesar de tener especificaciones técnicas superiores en muchos aspectos a equipos similares de otras marcas, tales como un secuenciador MIDI de 8 pistas y 50.000 notas, o muestreo a 12 bits y 44kHz, no gozaría de éxito comercial.
Sequential Prophet VS (1986). |
Con "Going Digital", Abernethy nos introduce, de manera breve, en el desarrollo del último gran instrumento de Sequential, el sintetizador digital SCI Prophet VS (1986), que presentaba en sociedad la denominada síntesis vectorial. A pesar de la reconocida fama e influencia en otros instrumentos posteriores como el Korg Wavestation -diseñado en 1989 por DSD, Dave Smith Designs y su antiguo equipo de ingenieros de Sequential-, o la serie SY de Yamaha, el Prophet VS supondría en su momento un nuevo descalabro comercial para la compañía (sólo se fabricaron 1.500 unidades), en la difícil coyuntura de un mercado dominado por el DX7 y sus sucedáneos.
Los doce meses comprendidos entre mayo de 1985 y mayo de 1986 marcarían el fin de tres de los principales fabricantes estadounidenses de instrumentos electrónicos: Moog Music, Oberheim Electronics y Linn Instruments. Tal y como presenta el capítulo "The Geographical Shift", toda una serie de condicionantes provocarían un cambio decisivo en una industria, cuyo epicentro hasta entonces focalizado en Estados Unidos pasaría a partir de ese momento a situarse en Japón. El enorme potencial tecnológico y de innovación del entramado industrial japonés y su capacidad para la producción en masa a bajo coste, favorecida por la deslocalización en otros países asiáticos con mano de obra más barata, sin menoscabo de una alta calidad y elevada fiabilidad, darían lugar a productos más asequibles para el músico medio, que en lugar de fabricarse por centenares o miles como los productos de las firmas norteamericanas, ahora se fabricarían por decenas y centenares de miles. Corporaciones como Yamaha, Roland, Korg, Casio, Akai o Kawai se convertirían en algunas de las más representativas durante los años siguientes.
Con el exultante título de "The Last Hurrah" concluye The Prophet From Silicon Valley, un capítulo en el que Abernethy analiza el último producto de Sequential, el avanzado sampler SCI Prophet 3000 (1987), que apenas dio tiempo a comercializar. No obstante, el foco de este último segmento está puesto en las causas que condujeron a la liquidación de Sequential Circuits, como serían la sucesión de productos fallidos comercialmente, cambios en el personal directivo, y finalmente el colapso de la compañía, acuciada por las deudas. La compra por parte de Yamaha y la salida que encontró su equipo de I+D con Dave Smith al frente trabajando finalmente para Korg, con la que diseñarían el Korg Wavestation pone fin a los trece años de historia de la empresa californiana.
El contenido de los apéndices de The Prophet From Silicon Valley está enfocado básicamente al músico, comprador y coleccionista de instrumentos. Así, el primero de ellos, "Buying And Selling" da una serie de consejos sobre la compra-venta de instrumentos 'vintage' y añade una tabla con precios orientativos de todos los productos de Sequential en el mercado de segunda mano en los años 2013 y 2014, en base a subastas llevadas a cabo a través de internet. Por su parte "Repairs And Maintenance" alude, como su propio nombre indica, a poner el acento en aquellos componentes de los instrumentos de la firma más proclives al desgaste, la rotura o cuyos recambios son difíciles de obtener en la actualidad. Asimismo, el autor da una serie de consejos para aquellos propietarios que quieran llevar a cabo el mantenimiento y la reparación de los instrumentos por su cuenta.
Dave Smith en la factoría de Sequential Circuits en San José, California circa 1978. |
Los breves apéndices 3, 4 y 5 incluyen respectivamente un lista de luthiers y empresas de reparación de instrumentos ('Spare Parts Suppliers'), una tabla con los números de modelo de todos los productos de Sequential ('Model Numbers'), desde los propios instrumentos a los accesorios, y por último un listado de páginas web ('Websites'), con información de la empresa, de sus equipos, así como de otras compañías mencionadas a lo largo del libro.
Capítulo aparte merece el extenso apéndice 6 ('Product Profiles'), que a lo largo de cuarenta páginas presenta una serie cronológica de fichas ilustradas con todos los instrumentos producidos por la firma californiana a lo largo de su historia, que destaca especialmente por resaltar los puntos fuertes de los distintos modelos e incluye también una comparación con productos similares de la competencia. Asimismo, cuenta con listados de usuarios famosos o discos de éxito en los que se han usado.
The Prophet From Silicon Valley forma parte de esa clase de libros que cuentan una historia tan bien documentada, tan excelentemente estructurada y con tal nivel de detalle que difícilmente nadie volverá a retomar en un futuro. Quizá se podrá escribir una segunda parte dedicada al trabajo desempeñado por Dave Smith desde finales de los 80 hasta la actualidad o se podrá preparar un libro fotográfico sobre los productos de la compañía, incluso un estudio en profundidad sobre la trascendencia del protocolo MIDI en la industria musical, pero es harto improbable que nadie vaya a tener la intención de contar lo mismo que David Abernethy usando otras palabras.
Hasta ahora el único volumen dedicado a la historia de una compañía de instrumentos electrónicos y enfocado especialmente desde el prisma empresarial era la autobiografía I Believe In Music (Hal Leonard, 2002), de Ikutaro Kakehashi, fundador y presidente -ya retirado-, de la japonesa Roland Corporation. Sin embargo The Prophet From Silicon Valley va por otros derroteros, tomando el testigo de la obra de Trevor Pinch y Frank Trocco Analog Days: The Invention And Impact Of The Moog Synthesizer (Harvard University Press, 2002), que situó su historia en la primera década del sintetizador comercial (1963-1973 aproximadamente), y que de alguna manera Abernethy reemprende con su historia sobre Sequential Circuits -que se funda precisamente en 1974-, y que será el fabricante estadounidense más innovador durante el siguiente decenio.
The Prophet From Silicon Valley es también un reflejo de las alegrías y los sinsabores de una industria que en los años 70/80 mutaba a gran velocidad. Incluso desde el punto de vista de las experiencias empresariales, el libro aporta grandes lecciones sobre muchos de los errores que cometió Sequential en su gestión de negocio durante aquellos años que finalmente le conducirían a la bancarrota. El auge y la caída de los grandes fabricantes estadounidenses de sintetizadores es un tema que ya apareció recopilado en los artículos de la revista Keyboard que forman la base de los libros The Art Of Electronic Music (William Morrow & Co., 1984), de Tom Darter y Vintage Synthesizers (Miller Freeman Books, 1993), de Mark Vail, así como en diversos reportajes aparecidos en la prensa especializada. En el caso de Sequential Circuits es la primera vez que se ofrece una amplia panorámica sobre ese período así como un análisis pormenorizado de las causas de su éxito y su declive.
Sin embargo, uno de los grandes aciertos de The Prophet From Silicon Valley es convertir la historia de una compañía de instrumentos musicales electrónicos -a priori una lectura que se antoja como poco apasionante para el profano-, en una experiencia sumamente interesante y entretenida, huyendo, dentro de lo posible, del exceso de tecnicismos, y en la que se cubren todos los enfoques posibles con los que abordarla; el propiamente empresarial/marketing, el técnico, el artístico/creativo y sobre todo el musical, sin olvidar el análisis y el esfuerzo de contextualización. En este sentido es muy de agradecer que el autor no relate la historia de Sequential como si se tratara de un panfleto publicitario sobre las bondades de la marca o como un ente aislado, sino que la sitúa en el contexto de su época, de las tendencias del mercado, así como en relación a sus competidores, y sobre todo la enmarca a través de las opiniones y los recuerdos de aquellos músicos que fueron y son usuarios de sus equipos. Precisamente esta interacción de los músicos con sus instrumentos forma la columna vertebral de un relato vivo, el acopio de la memoria oral de una época fascinante en el desarrollo y evolución de los sintetizadores como fueron las décadas de 1970 y 1980.
Todas estas cualidades hacen que The Prophet From Silicon Valley se erija como una obra de lectura obligada para músicos y coleccionistas de los instrumentos de Sequential Circuits y/o Dave Smith. Con este libro los luthiers que han reparado, reparan y repararán un Prophet 5 o un Pro-One tendrán entre manos un buen manual de consulta, mientras que los historiadores de la música electrónica o la tecnología se encontrarán ante un volumen de referencia para el estudio de la industria del sintetizador en la década de los 70/80. No obstante su nivel de accesibilidad -para el que se requiere un nivel intermedio de inglés-, puede suscitar el interés de un público más amplio, no necesariamente versado en la materia, que puede encontrar en su lectura una experiencia muy gratificante. Un libro que a pesar de la escasa resonancia que ha alcanzado, debería figurar en un lugar de honor entre las publicaciones que nos relatan la evolución de los instrumentos electrónicos en las últimas décadas.
As usual, for the best Electronic music blog : Serious, documented, interesting, well illustrated, completely new. Congratulations and Thanks a lot. I'm very excited to wait for the next chapter. Thank you
ResponderEliminarThanks musicyoucan. ;-)
ResponderEliminarLa compañía "Sequential Circuits" de Dave Smith, fabricó los "Prophet Five" y "Prophet Ten", sintetizadores analógicos polifónicos de 5 y 10 voces, respectivamente, que fueron los primeros sintetizadores analógicos que disponían de memorias para almacenar patches y secuencias, por lo que su éxito entre los músicos fue inmediato, por las posibilidades que ello ofrecía en las performances en directo (sobre todo el Five, pues el Ten, de doble teclado, tenía un precio prohibitivo, del orden del millón de pesetas de finales de los 70, es decir, más que un coche y más o menos como un pisito de 70 m2, y se vendieron pocas unidades, claro está. Y el Five creo que andaba también entre las 200.000 y 300.000 pesetas de entonces).
ResponderEliminarDave Smith actualmente sigue en activo y refundó su compañía como "Dave Smith Instruments" ("DSI"), y ha vuelto a fabricar nuevas versiones modernas de los Prophet, el "Prophet-6", "Prophet-8" y "Prophet-12", de 6, 8 y 12 voces de polifonía.
Asimismo, fabrica "Desktop Synthesizers", como el "Mofo", pequeños monstruitos de escritorio que suenan la mar de bien (como todo lo que siempre fabricó este gran ingeniero), y que ocupan poco espacio. Es otro de los grandes constructores de sintes, no sólo visionarios, sino que supo darle un enfoque comercial a sus invenciones, a la par que Robert Arthur Moog (Moog), Alan R. Pearlman (ARP), Tom Oberheim (Oberheim), Ikutaro Kakehashi (Roland) y Tadashi Osanai (Korg).
Saludos.
Varios de estos históricos constructores, han fundado un "Club" denominado "Dead Presidents Society", integrado, entre otros (que aún siguen vivos), por los grandes Don Buchla, Tom Oberheim, Dave Smith, Roger Linn, John Chowning, etc. en el que se reunen el primewr y tercer Jueves de cada mes en Berkeley, para cambiar impresiones. Miembros antiguos también eran Bob Moog (ya fallecido) y Alan R. Pearlman (que actualmente vive en Boston dedicado a otros menesteres apartados del negocio de la música).
ResponderEliminarhttp://www.rogerlinndesign.com/dead-presidents-society.html
fruto de esta amistad, Dave Smith y Tom Oberheim han desarrollado un sinte conjuntamente: el "OB-6".
Y aquí vemos al grupo felicitando al Gran Maestro Leon Theremin en uno de sus últimos cumpleaños.
http://bn1studio.co.uk/wordpress/wp-content/uploads/2016/08/14022240_10153851788073479_355759305725610640_n-785x785.jpg
Lástima que el blog no me admita subir la foto, pero si ponéis la dirección en el cuadro de búsqueda del buscador, os saldrá esta instantánea para la historia de la música electrónica, pues algunos ya no están con nosotros.
ResponderEliminarDe izqda. a dcha: John Chowning, Bob Moog, Roger Linn, Dave Smith, Don Buchla y Tom Oberheim. Abajo, sentados: Leon Theremin y su nieta.
Otra foto de 4 grandes constructores de sintes analógicos.
ResponderEliminarhttp://www.keyboards.de/wp-content/uploads/2015/09/DaveSmith2-1067x800.jpg
De izqda. a dcha.: Dave Smith, Bob Moog, Ikutaro Kakehashi y Tom Oberheim.
Gracias por las fotos, la información y los enlaces. Sí, conocía la existencia de ese exclusivo club. Simpática iniciativa de un buen grupo de amigos inmersos en la innovación tecnológica en el área de Silicon Valley.
EliminarEste libro se encuentra en español?
ResponderEliminarNo, no está disponible en español y probablemente jamás lo estará dado el nulo interés y escasas ventas que esta clase de libros generan en el mercado editorial español. Para mi es el libro definitivo sobre Sequential, un trabajo completísimo.
EliminarEstaba buscando por el buscador musica nueva del 2018 y he llegado a tu blog, es TOP, me ha gustado tu contenido, nosotros hemos lanzado un videoclip con bastante calidad hace muy poco tiempo, si quieres puedes verlo a ver que te parece. Un cordial saludo !!! Nueva Musica 2018: Nuevo Videoclip - Mix 2018 Urban Music
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