viernes, 7 de enero de 2011

Synergy. Metropolitan Suite

Larry Fast publicó Metropolitan Suite como Synergy en 1987
Metropolitan Suite (1987).
La carrera discográfica de Larry Fast como Synergy sufrió su primer parón importante entre 1982 y 1986. A su habitual trabajo en álbumes y en directo con Peter Gabriel, que se prolongó hasta 1985, el músico también trabajó en su LP recopilatorio Semi-Conductor (1984), en el que incluyó los temas inéditos "Launch At Dawn" y "To The Edge And Back". No obstante, a esas alturas Fast ya era un reputado y muy solicitado músico de sesión, productor electrónico, ingeniero o programador, entre un largo etcétera de funciones.

Durante ese período, Fast trabajó para artistas tan diversos como John Denver, Barbra Streisand, Bonnie Tyler, Michael Bolton, Foreigner o Hall & Oates. Compromisos profesionales todos ellos, que le tuvieron ocupado hasta enero de 1986, cuando por fin tuvo tiempo para trabajar en su siguiente proyecto discográfico como Synergy, Metropolitan Suite.

Compuesto íntegramente en el Synergy Studio de Nueva Jersey entre los meses de enero y octubre de 1986, la grabación del álbum se efectuó a lo largo de dos semanas de octubre y noviembre del mismo año en los estudios House Of Music, donde se habían grabado todos sus álbumes previos, publicándose finalmente a comienzos de 1987.

Panorámica del estudio privado de Larry Fast en New Jersey
Larry Fast en el Synergy Studio en su casa de Nueva Jersey en mayo de 
1986 durante las sesiones de composición del álbum Metropolitan Suite.
Los avances técnicos de Metropolitan Suite supusieron un gran salto adelante respecto a los álbumes anteriores del catálogo de Fast. En el tiempo transcurrido desde la realización de la banda sonora de The Jupiter Menace se habían producido importantes cambios tecnológicos en la música.

Entre 1981 y 1983 Larry Fast fue uno de los consultores y probadores del sistema entonces conocido como USI (Universal Synthesizer Interface), un proyecto impulsado por el ingeniero Dave Smith de Sequential Circuits con la intención de crear un protocolo estándar de comunicación entre equipos electrónicos de firmas distintas, algo hasta entonces imposible, dado que cada fabricante utilizaba su propio sistema para sus productos. Larry Fast se encargó de divulgar este estándar, que se conocería como MIDI (Musical Instrument Digital Interface), dentro de la industria musical.

Metropolitan Suite supondría para Fast la primera grabación MIDI de su producción y la primera también en la que pudo utilizar la tecnología digital sin limitaciones, como así le había sucedido con el Bell Labs Digital Synthesizer, en su álbum pionero Games (1979). En esta ocasión los sintetizadores Yamaha DX7 (del que Fast había programado varias librerías de 'presets'), y su derivado en rack, el TX-216, fueron piezas clave de la grabación, aunque la aportación más trascendente para el gestación y el sonido de Metropolitan Suite, fue el 'sampler', en este caso el E-mu Emulator II, que se usó con profusión en este trabajo.

En esta ocasión los sintetizadores analógicos jugaron un papel menos relevante que antaño. A los ya conocidos compañeros de aventuras Moog System 15, Oberheim SEM y Sequential Circuits Prophet 5, se unió también el Moog MemoryMoog, para el que Larry Fast también había programado varias librerías de sonidos de fábrica o 'presets'. Por tanto, en este sentido estamos hablando de un álbum híbrido desde el punto de vista de las técnicas de síntesis empleadas, al incluir síntesis sustractiva (analógica), síntesis FM (digital), y muestreo.

El disco fue pregrabado íntegramente por Larry Fast en el Synergy Studio utilizando el secuenciador interno del E-mu Emulator II, bastante más estable que los programas creados para tal efecto que existían para los ordenadores PC o Mac de entonces, lo que le posibilitó depurar más las composiciones que trabajando sobre cinta. La grabación final se realizó en digital sobre 24 pistas en The House Of Music en 24, y consistió básicamente en un volcado de los archivos MIDI almacenados en el secuenciador del Emulator II, directamente a la mesa digital Sony 3324, realizándose después los correspondientes ajustes y 'overdubs'.

El álbum esta vez no apareció publicado en el sello Passport, como era habitual en los trabajos de Synergy, sino que el propio Fast impulsó en asociación con Marty Scott, presidente de la discográfica, la creación del sello Audion Recording Co., especializado en música electrónica. Dentro de este subsello, Fast ejercería como 'cazatalentos' fichando a nuevos artistas como Neil Nappe, Garry Hughes, Barry Cleveland o Don Slepian, entre otros, pero también consiguió que artistas consagrados como su amiga Wendy Carlos o el exmiembro de Genesis, Anthony Phillips publicaran sendos trabajos en el nuevo sello discográfico, como así hizo también Fast con Metropolitan Suite.

Desde el punto de vista musical, durante el proceso de composición del álbum Fast se encontraba, como él mismo ha comentado, en su "fase Gershwin" en la que estudiaba concienzudamente las partituras de Rhapsody In Blue (1924) o An American in Paris (1928), de las que extrajo ideas para su propio trabajo, para el que deseaba explorar el lado más orquestal de sus propias composiciones. A esa renacida pasión por la obra de George Gershwin, que recordemos que a Fast le acompañó desde la niñez, por tratarse de una música que se escuchaba habitualmente en el hogar de su familia, se sumó también otro de los grandes intereses en la vida del músico de Nueva Jersey; la historia.

Efectivamente, la mitad de los temas del álbum, la suite a la que se refiere el título, está inspirada en la etapa arquitectónica neoyorquina denominada "Metropolitan Era" o "Age Of Metropolitanism", que abarcó desde el final de la Guerra de Secesión hasta los años 30 del siglo XX. La lectura por parte del músico del estudio arquitectónico y urbanístico New York 1900 de Robert A.M. Stern, Gregory Gilmartin y John Massengale, le inspiró para tomar esa dirección histórico-musical.

De hecho, la pieza "Metropolitan Suite" es una colección de pequeños temas que el propio Fast denominó como "diferentes abstracciones musicales sobre Nueva York durante las primeras décadas del siglo XX", que ya estaban en proceso de composición cuando leyó New York 1900, libro que no obstante, le hizo centrarse temáticamente. Desde un punto de vista musical el objetivo de Fast era fusionar las orquestaciones de las primeras décadas del siglo XX con nuevos instrumentos y un enfoque contemporáneo. 

El Synergy Studio de Larry Fast durante la grabación de Metropolitan Suite
Larry Fast en el Synergy Studio en 1986.
La primera pieza de la suite "North River" extrae su nombre de la antigua denominación que recibía el río Hudson, surcado por transbordadores que unían ambas orillas del río antes de que los puentes y los túneles unieran la isla de Manhattan con el Nueva York continental. Esta breve pieza introductoria, muy panorámica a la vez que majestuosa, como si quisiera poner en situación al oyente respecto al tono musical del conjunto de la suite, recuerda a esfuerzos pasados del artista.

Con una trepidante secuencia y una potente percusión entramos en "Steam And Steal Towers", como su propio nombre indica es un boceto musical de la ciudad moderna presidida por el vapor y la electricidad, los primeros rascacielos de acero y hormigón que transforman el perfil de Nueva York desde la ciudad desordenada del siglo XIX hasta la metrópolis del siglo XX. Se suceden martilleos y sonidos de aire industrial, con una melodía de tonos amenazadores a la vez que dinámicos, con escasos momentos de placidez. Aquí se aprecia una buena combinación de instrumentación analógica, samples y sintetizadores FM, con cuerdas, voces, y las incesantes percusiones. De improviso, al más puro estilo progresivo de Fast, se produce un cambio melódico radical y tenemos una música más paisajista, breve, que nuevamente cambia y con motivos melódicos derivados de la melodía principal, pasamos por un momento musical más plácido, presidido por una melodía de cuerdas. La pieza concluye con el segmento secuencial, melódico y percusivo del inicio y un golpe orquestal.

La tercera parte de la suite la constituye el tema "The City Goes To War" que evoca los sentimientos encontrados de entusiasmo y pérdida producidos por la Primera Guerra Mundial y la ola de patriotismo que todo lo invade, que contrastan con los primeros destellos de la música jazz. Se trata de un tema muy cinemático, presidido por los sonidos de cuerdas y una melodía de semejanza a un saxofón desarrollada entre tonos sombríos, con percusiones marciales y momentos más joviales y esperanzadores evidenciados por unas cascadas secuenciales. Como es norma, el tema cambia de improviso hacia un evidente tono de jazz, con contrabajo, saxo y piano, todos sintéticos, obviamente, pero con el estilo de Gershwin que se intercala con los fragmentos más marciales y que aluden a esa referencia a la Primera Guerra Mundial, configurando otro final abrupto. 

La representación de los prósperos años 20 encarnados por el nuevo símbolo de poder, los rascacielos, así como la era del jazz viene de la mano de "Metropolitan Theme (Main Theme)". Esta pieza recupera la melodía jazzística de "The City Goes To War" pero con un sonido sintético de MiniMoog y arreglos orquestales que de nuevo la emparentan claramente con el Gershwin de Rhapsody In Blue a través de esa mezcla de orquestación contemporánea y jazz. A modo de anécdota sobre este tema cabe añadir que en el número de agosto de 1986 de la revista Keyboard se incluyó un flexi-disc con una versión en desarrollo del tema "Metropolitan Theme", tal y como se encontraba el 26 de mayo de ese año.

La suite concluye con "The End Of An Era" que marca el final de los años 20 con la Gran Depresión, aunque los edificios, los recuerdos y la sensación de esplendor de la ciudad permanece indeleble en tanto en cuanto su legado llega hasta nuestros días. Este tema recupera la parte más percusiva y secuencial de "Steam And Steel Towers" y tiene el tono triste y agridulce del final de una era, como el propio título indica. Sonidos más oscuros, tonos más deprimentes, como si se viviera una espiral descendente. También vuelve a recuperar la pieza de estilo jazz, y en general el tema se convierte en una especie de 'reprise' de todos los motivos melódicos de la suite con un cariz más sombrío.

Tras la conclusión de la suite, entramos en un terreno presidido por un marcado eclecticismo estilístico que va desde el sinfonismo de inspiración cinematográfica de "Into The Abyss" a la new age amable de "Prairie Light", pasando por el rock y el pop instrumental electrónico de "West Side Nights" y "Redstone" respectivamente.

Poster promocional del álbum de Larry Fast como Synergy, Metropolitan Suite
Anuncio publicitario de Metropolitan Suite (1987).
"Into The Abyss" es una pieza sumamente dinámica, que perfectamente podría acompañar imágenes sobre diferentes eventos deportivos. Tiene un inicio solemne marcado por un sonido similar a un piano eléctrico y fondos sinfónicos con una melodía simple, de fanfarria propia de Fast. Este tema se podría encuadrar perfectamente en la categoría de piezas como "Delta One", del álbum Games, especialmente cuando la música se empieza a acelerar llevada por la percusión y una auténtica cabalgada secuencial, en la que la melodía se vuelve más sinfónica todavía. Durante su desarrollo, el tema Incluye el motivo musical de la parte jazzística incluida en la minisuite anterior. Dada su majestuosidad y dinamismo, esta pieza quizá podría haber formado parte de la suite.

El siguiente título, "Prairie Light" (luz de la pradera), supone toda una declaración de intenciones. Sí, nos encontramos con un tema abiertamente 'new age', no muy diferente de lo que otros músicos de la discográfica Audion, fichados por Fast, como Don Slepian o el dúo Emerald Web hicieron en sus álbumes publicados en los escasos cuatro años que estuvo activo el sello. Aquí nos encontramos por momentos con 'new age' blandita de sonidos plácidos, secuencias de campanillas, melodías anodinas de guitarra acústica de sintetizador, aunque con la diferencia de que Fast siempre es más variado temáticamente y en su desarrollo musical hay algunos sonidos más duros y cambios de ritmo que la salvan de caer de lleno en el saco de la llamada "música para ascensor" o "elevator music".

En los años 80 era muy típico el uso de solos de saxofón en muchísimas producciones de música pop y rock. Esa senda la sigue "West Side Nights" que es una pieza de blues-rock instrumental, con un  sonido sampleado y reelaborado similar a un saxofón que por momentos se vuelve irritante al oído, especialmente en los tonos más agudos. Según Larry Fast su intención no era la de que sonara como un saxo real con todas sus inflexiones, sino descontextualizarlo sugiriendo en el oyente una imagen mental de un saxo, sin serlo. Lo más cuestionable de este tema es pretender que todo el peso melódico se cargue sobre ese sonido, llegando a saturar al oyente durante los eternos nueve minutos del tema. El carácter blues rock no sólo lo aporta el saxo, sino también los sonidos de órgano Hammond, configurando un tema que no deja de ser singular, dado que hasta cierto punto tenía mérito crear temas como éste en 1986, con una evidente vocación acústica desde la perspectiva electrónica, aunque sus resultados artísticos sean más que cuestionables.

Por último "Redstone", es según Fast una pieza con un contexto histórico situado en los años 60 (la adolescencia del músico), década que homenajea a través de la música surf rock instrumental de entonces pero en versión electrónica, repitiendo clichés del estilo como el sonido de la Fender Jazzmaster con trémolo en la melodía principal, e incluso sonando por momentos las trompetas de mariachis mexicanos. Este tema a día de hoy suena a música pop ingenua probablemente más cercana a las versiones instrumentales de The Shadows que a temas de grupos californianos de surf rock.

En un álbum como Metropolitan Suite se pone de manifiesto una de las debilidades de la obra de Larry Fast, y es que siempre ha estado muy supeditada a las novedades tecnológicas, que sin embargo no han variado su forma de componer, dotándole de un estilo propio. La gran diferencia que acontece con Metropolitan Suite, es que a diferencia de sus anteriores álbumes que sonaban muy personales, con el innegable sonido Synergy, ese rasgo se diluye con este trabajo, produciendo una obra más coyuntural, de un producto típico de los 80. Su minisuite todavía suena a Synergy al cien por cien, configurando una de sus mejores composiciones, pero desde "Into The Abyss" hasta el final, se pueden apreciar distintas tendencias dentro de la new age más recalcitrante de finales de los 80, cuando estaba en pleno auge.

Así y todo Metropolitan Suite no es un mal álbum, digamos que es un trabajo correcto, aunque poco centrado, que podría haber alcanzado cotas de excelencia si la suite que le da título hubiera constituido todo el trabajo y no sólo la mitad del mismo.

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